El encuentro

[noga{LT}]

Este es un texto que escribí hace ya mucho tiempo, hace años... Cuando aún no conocía a mi Amo, ni a Nomar_Tf, ni siquiera este foro... Espero que os guste, porque a mí me encanta escribir...

EL ENCUENTRO

Hacía tanto que no te veía… Siempre me ha hecho ilusión vestirme para una ocasión especial…

A medida que hemos ido conociéndonos, nos hemos alegrado de descubrir que tenemos gustos comunes… En todo prácticamente, pero en el sexo… En el sexo es algo diferente…

Mientras me pongo las medias lo pienso… Todo aquello que siempre he deseado… Aquello que siempre he querido... Sentimientos morbosos y violentos… Me abrocho las cintas…

El vestido es agradable… Se pega a la piel… No me sienta perfecto, pero me siento bien con él, porque sé que te gusta… Brillante, por encima de las rodillas con unas aberturas a los lados hasta casi la cintura…

Siempre he querido experimentar cosas nuevas… Secretos oscuros y que normalmente se esconden… Tú me has dado la oportunidad y estoy segura de que yo también a ti, porque sabes que no hago nada sólo porque tú quieres, sino porque realmente me gusta… Enrollo los metros de cordón de seda y lo dejo sobre la mesilla…

Ya me he maquillado, sólo los ojos… Oscuros, muy negros… y la parte interior roja… Me faltan únicamente los complementos y sé exactamente qué ponerme…

La primera vez probamos con cadenas y adornos que yo llevé, pero era inexperta y la calidad era mala, así que estrenamos el cordón de seda… El resultado fue mucho mejor…

Coloco el collar de cuero sobre mi cuello y cierro los dos broches en mi nuca… No tapa la viuda negra que llevo tatuada caminando hacia mi espalda… Las cadenas del frente caen sobre mi pecho mientras abrocho los otros dos broches a mi espalda… Encima del vestido hacen un conjunto precioso, sé que te mueres por verlo otra vez… Y por estrenarlo por fin…

Al principio me llamaban la atención algunas cosas, como que me llamases Ama, que te gustase rebelarte, probar a que me atases o sentir sin miedo tu mano apretando mi cuello en el momento adecuado… Poco a poco este mundo empezó a ser tan interesante que decidimos explorarlo juntos… Y eso aún me gustó más… Las tiendas… La ropa… El calzado… Ya no podía ir por la calle sin pararme a mirar unos tacones que suenan o unas botas altas…

Me pongo los guantes, no he encontrado guantes de vinilo todavía, así que usaré los de red… Las muñequeras se ajustan perfectamente, las he mandado hacer a medida, igual que los brazaletes para ajustar los guantes. Buen cuero con argollas y una hebilla resistente para ajustarlas y los remaches que más me gustan: pinchos de punta roma, de los de toda la vida… Las uñas negras y largas… Y las botas… Me las calzo disfrutando del tacto de la piel oscura y reluciente. Las elegí así para ponérmelas más a menudo y acordarme de ti a cada paso… Y porque cuando tú me las viste puestas, ya no quisiste que me probase otras… Ajusto los cordones que las cierran levantando la pierna y apretándolos. Están brillantes y preciosas y el tacón nuevo, sin estrenar aún… Recién sacadas de la caja para que las pruebes…

Esta vez estoy pensando en sacar algo más de ti… Algo que siempre he deseado y que la única vez que te pedí te dolió tanto concederme vislumbrarlo apenas… Pero esta vez voy a hacerlo de otra forma. Siempre voy de negro, pero hoy quiero adornarme también de rojo… Lo guardo bajo la almohada para que no sospeches. Hoy quiero aprovecharme de ti, porque sé que en el fondo tú lo deseas…

Me pongo mi bata negra de raso. Llegarás de un momento a otro… Me gustan las velas… Multitud de candelas adornan el dormitorio, haciendo que aparezcan sombras que se mueven por las paredes… El mural, con el incensario colgado de una de las paredes pintadas, es perfecto… Mi lecho está donde debe estar…

Suena el timbre… Sonrío… Mi corazón palpita, estoy deseosa… Te echo de menos entre mis piernas… Abro la puerta. Ahí estás tú… Me miras y con ojos abiertos sonríes… Te ha gustado lo que ves… Cierras la puerta a tu espalda y sueltas lo que llevas en las manos justo delante de ella, pero antes te agachas y coges algo de la mochila que traes… Sé lo que es… Lo sé… Te quitas la sudadera negra. Llevas los rhinos negros y una camiseta de manga corta que deja ver el tatuaje de tu brazo que tanto me gusta… Lo has mejorado… Es más grande y está precioso… Me “ponen” tu tatuaje y tus piercing… Es algo que siempre me ha parecido tan morboso… Los chicos malos, duros pero dulces… Como tú… Dándote la vuelta me entregas lo que has traído. Mi sonrisa se hace más pronunciada y mis ojos se entornan…

Me acerco a ti… Te miro a los labios y a los ojos… Apoyo mis manos en tu pecho y acerco mi boca a tu boca… Me gusta estar así de pegada… Entre los dos hay electricidad, tu aliento y mi aliento… Eso me excita tanto… Te beso con labios húmedos y mi lengua juega con la tuya suavemente… Siento un escalofrío recorrer tu cuerpo y mordisqueo suavemente tu labio inferior… Te quitas la camiseta y con gesto ansioso te acercas a mí… No, no… Tan fácil no es esta vez… Sonrío lasciva… Desabrocho la hebilla del collar de perro que has traído y lo coloco en tu cuello, lo ajusto… Queda perfecto… Ajusto el mosquetón de la cadena que lleva como correa y meto la mano en el agarre. Con un ademán ligeramente brusco agarro la cadena y tiro de ella hacia mí. Un gruñido sale de tu boca, pero sonríes y me sacas la lengua… Ese piercing que me enseñas me llama… Rápidamente me acerco y doy un lametón rozando el acero… Tiro de la correa hacia abajo, te arrodillas… Las botas quedan justo delante de tus ojos… Me miras, yo sonrío pérfida… Me pone a mil verte a mis pies de esa forma… Con una mano acaricias una de mis botas desde el gemelo hasta el talón y tomándola por el hueco del tacón de aguja te acercas a ella y pasas la lengua por su preciosa puntera… Que seas tan fetichista fue en su momento toda una sorpresa para mí… Y está siendo de lo más grata…

Te incorporas y yo me quito la bata. Paso la correa de una mano a otra para quitarme las mangas. No pienso dejarte suelto hoy, perro… Veo que te gusta el vestido y lo que llevo puesto, es evidente que no lo puedes disimular ni siquiera en esos anchos pantalones y menos al tacto de mis manos… Con un beso impetuoso me abrazas. Eres alto y grande y yo soy pequeña… Me pierdo entre tus brazos y eso me hace sentir agradablemente atrapada. Tus brazos están fuertes y yo ahora peso menos, así que no te cuesta nada levantarme y apoyarme contra la pared mientras tu lengua se pierde en mi boca y tus manos se aferran a mis nalgas… Siempre he querido hacer esto… Lo sabes y por fin me das el capricho. Mi respiración se agita mientras muerdes mi cuello sacando de mí un gemido profundo…

Entramos en la habitación con tus manos recorriendo mi espalda y mis piernas abrazadas a tu cintura. Dejándome sobre la cama, te deshaces del resto de tu ropa mientras que yo me estiro hacia la mesilla… Te pegas a mi espalda y siento tu calor y tu excitación. De un empujón ligero te indico que te pongas boca arriba y obedeces… Sacando las muñequeras y las tobilleras te las ajusto… Los mosquetones están a la cabecera de la cama atornillados a la pared y me he asegurado de que resisten más peso que el tuyo y las tobilleras van atadas a las patas con el cordón de seda… Te dejas hacer, curioso…

Me siento encima de ti, sobre tu vientre… No puedes tocarme ni acariciarme, pero sí que sientes mis piernas y mis botas rozándote… A la luz de las velas mi vestido y las cadenas relucen… Me acaricio ante ti… Sé lo mucho que te gusta mirarme… Y veo que no poder tocarme te frustra. Sonrío y me muerdo el labio inferior con gusto mientras te dejo notar lo excitada que estoy. También sé lo mucho que te gusta eso… Introduzco uno de mis dedos en tu boca y lo lames con fruición. Con lentitud me dispongo a ir bajando poco a poco… Tus pezones están duros y me gusta mordisquearlos hasta morder fuerte… No te hago sangrar pero ahogas un gemido. Abro la boca y lamo… Paso la lengua por tus costados, rozo con los labios, apenas con los dientes, mientras sigo bajando… Tus muslos están trabajados y haciendo fuerza contra las correas aún se nota más. El interior es suave y desde ahí asciendo… Apenas rozando con la punta de la lengua. Aprietas los dientes cerrando los ojos… Lo que hago te gusta… Me recreo lenta y calculadamente… Me hablas… Me pides que haga lo que sé hacer… Yo me río y tras un suave mordisco, me ahogo con ella… Eso te encanta… A fondo…

Después de unos minutos he decidido que ahora voy a dedicarme a mí… Hasta que yo no disfrute, tú no disfrutarás… Así que me recuesto sobre ti, pegando el cuero y las cadenas de mi pecho al tuyo y rozándote notas la humedad en mi ropa interior. Deslizo la mano bajo la almohada mientras tú intentas ver qué hago. Cuando la saco y te lo enseño, tu mirada se ensombrece ligeramente… No… Esta vez no me lo vas a impedir, voy a hacerlo te guste o no… Brilla a la luz del fuego, está nueva… Te beso profundamente, lentamente, lascivamente… Acercándome a tu oído, susurro… “Prepárate…” Apoyo el filo contra tu antebrazo y mirándote presiono y arrastro… Cierras las mandíbulas fijando tus ojos en los míos, apretando los puños y respirando hondo… No he apretado suficiente… Vuelvo a colocarla, un poco más arriba esta vez… Presiono y arrastro… Ahora sí… Un hilo rojo resbala hacia el interior de tu codo… Brilla… La penumbra es perfecta para esa imagen… No tiene precio para mí, igual que no lo tiene su sabor… Manchándome ligeramente, paladeo, saboreo, disfruto de ti por unos momentos… Me incorporo y sonriéndote con labios aún rojos recojo una gota más… Reluce en mis dedos… Los acerco a ti, a tu boca… Huélela… Es tuya… Y ahora mía… Limpio mis dedos con la lengua mostrándote cuanto puedo disfrutar y sin esfuerzo alguno te introduzco en mí… El interior es cálido, húmedo, suave y dispuesto… Pero no me muevo… Tú haces ademán, pero con un tirón de la cadena te quedas quieto. Hoy mando yo aquí… Con una mano te doblego y con la otra… Me dirijo a disfrutar del placer que ya no quiero retardar… Te siento, firme y palpitante… Ahora sí, me muevo sobre ti… Gimes… Sé cómo hacerte disfrutar… Cómo notar mi peso y mi presión… Apoyo los tacones sobre la cama, separándome lo justo de ti, mi mano apenas te roza al moverse para mí y tú puedes verme perfectamente… Puedes sentirme… Puedes oírme… Haces fuerza ante el tirón que yo mantengo, tu collar es un castigo, tus puños tiran pero los mosquetones resisten… Te mueves conmigo, dentro de mí… Rápido o lento no tardamos demasiado… Miras mi expresión… El placer me recorre, tiro de ti… Te arrastro conmigo… Sí… Profundo y fuerte… Quiero sentirte disfrutar… quiero oír cómo te dejas ir… Tus jadeos son más profundos, se convierten en gruñidos ahogados… Mi respiración es entrecortada, mis gemidos más intensos… Me muerdo el labio para ahogar apenas un grito cuando por fin llega el clímax y te oigo… Sin disponer de tus manos ni de cosa alguna muerdes fuerte, pero no es suficiente… Gritas… Desahogándote… Eso es lo que yo buscaba… Tu abandono…

Me mantengo sobre ti… Te quito el collar y me recuesto sobre tu pecho… Sé que te gusta quedarte un rato así, notar la presión durante unos minutos después… Disfrutar de mis entrañas mientras recuperamos el aliento… Tu corazón late rápido… Te beso… “Desátame”. Obedezco… Me abrazas… Contra la pared del mural se recorta nuestra silueta… Dos cuerpos abrazados en el suelo de una mazmorra… Mi alcoba… Mi mundo… Tu mundo…

[GatoNegro]

Muy excitante, aunque a mí también se me ensombreció la mirada con la sangre

[Nomar-tf]

Decir que leerte, siempre es una delicia se queda corto.. por que verte, tambien lo es, oirte y compartir contigo lo mas minimo, sigue siendo una verdadera delicia, un calido beso y ¡¡animo!!! ¡¡¡ mas mas!!!

[liss@FUGAZ{FJ}]

tu relato me parece de lo mas interesante,
me encanta leerte asi lo siento y asi lo digo, es cierto que cada historia que leo tiene su excitacion en mi algunos detalles que hacen que una persona se extremezca, asi que es un placer leerte como bien dice mi mentor el Señor Nomar tf
gracias por tu exquisito relato
siempre esta humilde aprendiz mar