visión
Publicado: Dom Mar 31, 2013 9:02 pm"Le levantó la falda y vio las marcas. Recientes y antiguas. Unas rojas, otras moradas y otras más de un color indeterminado. Ella yacía en la cama casi inerte por el efecto del alcohol, balbuceando palabras inconexas entre gemidos. La saliva iba resbalando por la comisura de los labios, pura, transparente y sin tregua.
Izó la falda por encima de su amiga y comenzó a observar de cerca los restos de las batallas. Algo en su interior iba despertándose, como una serpiente después de hibernar un largo invierno. Nacía de su zona lumbar, se enroscaba por la espalda y llegaba al cuello, bajaba por su garganta, hacía nido en su estómago y mordía su entrepierna.
Lo más sorprendente no era que estuviera gozando de la visión de unas hermosas nalgas doradas, sino precisamente de las marcas. Azotes, dijo su cerebro. Correazos. Aún huele a carne quemada por el cuero. Se atrevió incluso a pasar la yema de los dedos por encima de la más reciente. La piel de la chica se sorprendió por la lenta y calurosa aproximación, pero ella seguía dormitando. Tras un instante de duda, él terminó llevándose la mano a su boca, besando las yemas, cerrando los ojos y musitando algo que nunca llegaremos a saber.
Luego tomó la falda que descansaba en la espalda de su amiga con dos dedos y la dejó reposar en sus nalgas de nuevo, cubriendo todo lo que había presenciado.
Se levantó de la cama, notando cómo la serpiente de su interior ejercía presión para que se quedara. Pero aún era demasiado pronto. La próxima ocasión sería más propicia. Una vez atisbado el camino hacia el paraíso es más fácil llegar a él. "
http://yakutin.blogspot.com.es/2013/03/vision.html
Izó la falda por encima de su amiga y comenzó a observar de cerca los restos de las batallas. Algo en su interior iba despertándose, como una serpiente después de hibernar un largo invierno. Nacía de su zona lumbar, se enroscaba por la espalda y llegaba al cuello, bajaba por su garganta, hacía nido en su estómago y mordía su entrepierna.
Lo más sorprendente no era que estuviera gozando de la visión de unas hermosas nalgas doradas, sino precisamente de las marcas. Azotes, dijo su cerebro. Correazos. Aún huele a carne quemada por el cuero. Se atrevió incluso a pasar la yema de los dedos por encima de la más reciente. La piel de la chica se sorprendió por la lenta y calurosa aproximación, pero ella seguía dormitando. Tras un instante de duda, él terminó llevándose la mano a su boca, besando las yemas, cerrando los ojos y musitando algo que nunca llegaremos a saber.
Luego tomó la falda que descansaba en la espalda de su amiga con dos dedos y la dejó reposar en sus nalgas de nuevo, cubriendo todo lo que había presenciado.
Se levantó de la cama, notando cómo la serpiente de su interior ejercía presión para que se quedara. Pero aún era demasiado pronto. La próxima ocasión sería más propicia. Una vez atisbado el camino hacia el paraíso es más fácil llegar a él. "
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que golferia.... Jajajajajaajaja jamas me hubiera prestado para eso... Pero leerlo de ti es casi que un acto heroico! Felicidades!