ESCLAVAS DE ROMA

Relatos sobre experiencias (vividas, soñadas, deseadas...) de bdsm

ESCLAVAS DE ROMA

Notapor Domine » Lun Dic 02, 2013 6:05 pm

Siendo este un tema que me parece de lo más interesante, les dejo por aquí un breve relato.

La esclava de Roma - el poder del gladiador.

Eran tiempos de gladiadores, todo se podía comprar con el poder de la victoria. Ganar en la arena era la gloria eterna. Claro que, solamente en Roma y los alrededores. En otras tierras no tenía tanta importancia ganar.

Los esclavos se vendían por casi nada, algunos llegaban a ser vendidos a precio de lo que valdría una espada estropeada. Quizá menos.

Lucrecia,una chica de no más de 18 años, era una esclava de un Domine, alguien que poseía más esclavos y los convertía en gladiadores. Su único trabajo era servir, y algunas veces satisfacer sexualmente a los gladiadores, incluso a Domine.

Un buen día, el mejor de los gladiadores de Domine y de toda Roma, al que habían marcado con el nombre de El extrangero, pidió tener en su posesión a Lucrecia.

Domine, como es lógica, aceptó. El extrangero compró su libertad más adelante, y la de Lucrecia. Debido a su gran fama y gloria, pudo comprar una casa decente, prometiendo a Lucrecia dinero siempre que lo necesitara. Ahora era suya. Su esclava.

La pobre esclava debía de dormir entre paja y arena, en la miseria. Mientras El extrangero Dormía en el sitio más cómodo jamás visto.

Un buen día Lucrecia despertó desnuda, en la paja. Quiso ir corriendo hacia él, pero se dio cuenta de que estaba atada con unas gruesas cadenas que esclavizaban sus puras y delgadas muñecas. Su primera opción fue gritar el nombre de su dueño, pero resultó un fracaso.

Cuando hubo cansado sus fuerzas, El extrangero se acercó.

-Amo...-rogó

-Llámame por mi nombre. No me gusta que me llamen Amo sin sentimiento.

-No...no se su nombre. Pido clemencia, pero no puedo saberlo pues nunca oí que le nombraran de otra forma que no fuera El extrangero.

-Ya no soy "El extrangero". Mi nombre real es César.

-¿Por qué estoy atada, César?

-Eres mi esclava.

-Pero...

-¿Pero qué?-enfureció él-. Si lo prefieres puedes volver con Domine y con su asquerosa polla. Nadie te impide que vuelvas a ser la zorra que masturbe a miles de gladiadores. Ve, ve a él otra vez y suplicale ser su putita.

César la desató, sin embargo, Lucrecia se quedó inmóvil, con los ojos llorosos. Todo eso había resultado un trauma para ella, y él lo sabía.

-¿Por qué no huyes, pequeña esclava?

-Quiero quedarme con usted, señor César.

Él rió.

-Demasiado tarde.

César se fue, aunque antes de salir de ese patio cubierto de paja se giró hacia su esclava.

-Tienes una oportunidad. Claro que no es gratis.

-¿Que precio tiene, señor?

-Se mi sumisa. Quiero follarte y humillarte.

-Pero...yo ya soy su esclava, si quiere que le complazca sexualmente solamente debe pedirmelo.

-No quiero una zorra que me lama los testiculos, quiero a una sumisa fiel y cariñosa.

-No se lo que es una sumisa, Sr.

-Una sumisa es alguien que entrega su cuerpo, su alma, y su mente a un hombre. En ese momento el hombre pasa a ser su Amo. Ese sí es motivo para arrastrarse y rogar con la palabra "Amo" en la boca cada cinco segundos.

-Está bien...seré su sumisa.

-¡No!

César dio una patada a los pechos desnudos de Lucrecia. La cual respondió con un grito.

-Necia, no me entiendes. No quiero que seas mi sumisa por temor a ir con Domine, quiero que seas mi sumisa porqué tu corazón te lo pida.

-Mi corazón no quiere eso, Sr.

-Bien. Te dejaré tranquila, serás mi esclava, pero tienes una semana para pensarte si quieres ser mi sumisa. Si no deseas eso...tendrás libertad.

César iba camino a la puerta cuando fue interrumpido.

-Pero...¿Y mi ropa? ¿Y las cadenas?

-Eres una inútil. Cito tus palabras tal como las dijiste "Yo ya soy su esclava, si quiere que le complazca sexualmente solo debe pedirmelo." Yo tomo la palabra a TODO lo que se dice. Intenta dormir esta noche, te hará falta.

Lucrecia estaba soñando, cuando sintió una sensación extraña. Se despertó, y sentía unas leves caricias en su vagina. Cuando hubo despertado a sus ojos, pudo ver que un desconocido la estaba masturbando. Empezó a gritar, pero César le tapó la boca.

-Esclava. No rechistes. Cállate y ni se te ocurra disfrutar. Pagaron por masturbarte, y te masturbarán.

Lucrecia lloró, pero tuvo un orgasmo increíble con unos dedos desconocidos entrando y saliendo de su sexo mojado.

El desconocido se fue, despidiéndose de César, pero ignoró a Lucrecia. No era más que una esclava. Y para él, no era más que una vagina con piernas.

-¿Ahora entiendes algo? Una esclava puede ser usada por quien diga su dueño. Una sumisa únicamente es masturbada por su Amo.

Lucrecia estuvo llorando todo el día sumida en la oscuridad, hasta que César volvió por la noche para darle la comida.

-¿Quieres comer?

-Sí...por favor-suplicó ella

-Ponte en posición animal.

Lucrecia se puso a 4 patas enseguida.

César dejó la comida en el suelo, y ella empezó a comer. Pasó de ser esclava a ser sumisa. El antes llamado "El extrangero" empezó a masturbarla. Ella paró de comer.

-Sigue comiendo, tienes hasta que llegues al orgasmo. Una vez hayas sentido el éxtasis, no habrá más comida, así que por tu bien más te vale ser frígida y no calentarte demasiado rápido. Sabes que no te conviene.

Lucrecia consiguió comer todo sin llegar al esclavizante orgasmo. Aunque el tacto de los dedos de su dueño le hacían sentirse vil, débil, entregada. Y que las mujeres fueran claramente inferiores en esa época tampoco ayudaba demasiado a sus pensamientos. Se sentía inferior ante su dueño.

Una vez terminada la comida, César se fue. Dejando a Lucrecia al borde del orgasmo. Con ganas de llegar al éxtasis. Ella le miró suplicante.

-Otra ventaja de ser sumisa, tienes mil orgasmos a diario. Siendo esclava te permitiré pocos.-rió

César estaba claramente manipulando psicológicamente a Lucrecia para que aceptara ser su sumisa. Pero Lucrecia era fuerte, no se dejaría manipular de esa forma tan fácilmente.

César siguió haciendo lo que hasta ahora había hecho. Manipularla.

un buen día Lucrecia despertó con el Sol dándole en la cara, estaba desnuda y al aire libre.

Cuando hubo abierto los ojos se dio cuenta de que estaba en la arena donde luchaban los gladiadores. Con el público riendose de su desnudo cuerpo. Algunos aplaudían, y la mayoría se masturbaba.

Lucrecia era una chica de muy buen ver, así que podía llegar a excitar a cualquiera.

Entraron 6 hombres en la arena, y rodearon a Lucrecia.

-El trato es el siguiente-dijo uno de ellos-. Te masturbas. Y nos masturbamos. Si te corres antes que nosotros te irás de aquí, y si no...

No terminó la frase. Pero Lucrecia estaba asustada, así que comenzó a masturbarse como si por los Dioses estuviera poseida. Dos de los hombres se apartaron para que Lucrecia estuviera expuesta a una gran parte del público.

Se sentía expuesta, entregada, violada. FORZADA. Era objeto sexual de todas aquellas personas del público. Y de los seis hombres. Era la puta oficial de Roma.

Y seguro que cualquiera de los ciudadanos de Roma le haría saber que no era más que una esclava inútil, de una forma u otra.

Llegó al orgasmo. Todo el mundo empezó a aplaudir. Una lágrima cayó de sus ojos. Se sentía ridícula y humillada.

Aún así, habiendo ganado el trato, los seis hombres se corrieron encima de ella. El llanto se transformó en una llúvia de lágrimas y sollozos.

Se la llevaron de ahí a rastras, y la llevaron a su casa.

Ahí estaba César esperándola.

-Ahora entiendes por qué te conviene ser mi sumisa, ¿No?

-Sí...-dijo ella, aún con lágrimas en los ojos

-Entonces, suplica serlo.

-Señor...le suplico que acepte mi decisión...-César tenía una sonrisa en la boca- De no ser su sumisa.

El gesto facial de César cambió. Ahora era Lucrecia quien sonreía.

César dio un grito de furia, que una mujer le rechazara era lo peor que le podía pasar. Y más si era una simple e inútil esclava.

La encadenó en una posición incómoda, ya que le obligaba a tener los brazos pegados a los pies, y se fue.

Eso no había terminado ahí. Y ahora iba a ser peor, mucho peor.

César ya no sentía aprecio por Lucrecia. Ahora era simplemente un cuerpo. Un cuerpo que usar y torturar hasta que el motor de éste, el corazón, dejase de latir.

Lucrecia estaba condenada eternamente por los Dioses. Y solo ellos podrían salvarla.
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Re: ESCLAVAS DE ROMA

Notapor Domine » Lun Dic 09, 2013 1:35 pm

César se llevó a Lucrecia, desnuda y encadenada, a la casa de Domine. Claro que antes de todo eso debería pasar por casi toda Roma.

La gente se reía y la miraba con deseo, se sentía exhibida por su dueño...bueno, por César.

Lucrecia, todavía con la cabeza gacha, dirigió su mirada hacia César ; sus ojos estaban llorosos.

-Existe un motivo por el cual no acepté ser su sumisa, señor-se excusó Lucrecia

-Cuando oír ese motivo me complazca en algún aspecto, te lo pediré. Hasta entonces, permanece con la boca cerrada-César mantuvo silencio durante unos segundos-esclava.

Llegaron a la casa de Domine, y la mirada de Lucrecia mostró el terror en sus ojos.

-¿Qué? ¿Con Domine? No, por favor.

-Demasiado tarde para súplicas.

Domine se acercó con mirada de odio e indiferencia, y se llevó a rastras a Lucrecia, quien miraba suplicante a César.

César se fue de ahí, y Lucrecia intentó con todo su aliento gritar :

-¡César! Mi motivo es el amor. Estoy enamorada de alguien.

Él la oyó, pero le fueron indiferentes sus palabras.

Lucrecia fue llevada a rastras a la mazmorra de la casa de Domine, y fue atada con cadenas (brazos y piernas abiertas).

En Roma, si más no en esa época, el vicio era lo más poderoso que tenía un cuerpo humano. Después del poder en la arena, claro. Un gladiador era tratado como

un Dios, y Lucrecia había tratado al mejor de ellos como a un perro, y lo pagaría...de forma inimaginable por su mente inocente.

Fue atada mirando hacia la pared, si entraba a alguien debería intuirlo por el olor o por el ruido. No por los ojos.

Estaba temblando ; hacía un frío horrible en esa época. Y de pronto, para su sorpresa, fue vendada de ojos.

Quien le puso la venda, empezó a masturbarla con el dedo índice y corazón, acto seguido metió el pulgar en su culo.

Ella intentó quejarse, pero solo oyó risas.

-Por favor, pare, se lo suplico señor.

-¿Señor?-rió la voz

Era claramente una mujer, Lucrecia nunca había pensado en hacerlo con una mujer.

Fue arrodillada, y quien la estaba masturbando la obligó a aplastar su cara contra el coño húmedo de esa mujer.

A pasar de las lágrimas que tenían los ojos bajo la venda, Lucrecia empezó a lamer el sexo de esa hembra en celo. Su risa sádica demostraba que haría lo que

quisiera con Lucrecia.

De golpe sintió una buena polla dentro de ella ; no solo una mujer iba a forzarla esa noche.

Fuera, las estrellas, observaban desde lo más alto la miseria de Lucrecia.

El hombre que la estaba poseyendo era César, pero Lucrecia creía que era la polla de Domine quien la penetraba.

El extrangero se corrió dentro de ella, y se fue.

La mujer le dio un golpe en la cara, cariñoso pero de superioridad, y se fue riéndose sádicamente.

-Duerme, zorra. Quizá mañana despiertes con un coño en la boca y una polla en tu tripa. Quizá muerta. Quizá siendo masturbada o escupida por miles de hombres.

Lucrecia pasó casi toda la noche llorando, pero no tuvieron piedad con ella ; ordenaron a una esclava empezar a masturbarla, luego cambió y fue otra de las

esclavas, y así durante 24h. Fue el peor día de su vida ; el sexo forzado era asqueroso, pero aquello era cruel.

Despertó siendo masturbada, pero no por un desconocido, si no por su hermana. Lidica. La mujer que se fue de casa siendo pequeña.

-Lo siento, hermanita. Me obligan a masturbarte.

Lucrecia tuvo un orgasmo increíble a manos de su hermana, quien besó su húmedo sexo y se fue con la expresión facial nula.

Su hermana desapareció, y nunca más volvió a verla. Fue decapitada por traición.

Una nota se encontraba en la mazmorra donde vivía ahora Lucrecia, al cual decía : "No debo ser tu dueño para joderte, zorra, te seguiré atormentando el resto de

tus días".

Lucrecia era incapaz de comprender por qué ese hombre quería su desgracia, ella solo quería volver con él. Era peor la casa de Domine que la de César, más que nada

por las compañías.

Al día siguiente se celebró una cena importante, en la cual asistiría toda Roma. Solo los que representaban algo importante en ella, claro.

Lucrecia fue desnudada y usada como esclava durante toda la cena ; la gente dejaba las copas encima de su espalda obligandola a estar a 4 patas, la azotaron con un

látigo cuando se le cayó una de las copas encima (se mojó, y tuvo frío, pero era una simple esclava). Domine quiso calentarla, así que le metió un hielo en el coño,

otro en el culo, y otro en la boca.

Le ató una cuerda en el cuello y empezó a masturbarla.

Ese momento fue, aunque era violación, verdaderamente excitante, incluso para Lucrecia fue algo excitante.

Lucrecia perdió la dignidad en el momento en el cual la desnudaron y la empezaron a golpear miles de hombres, y ella se limitó a llorar en el suelo.

Una mujer la obligó a abrir su pequeña boca, y dejó caer saliva dentro : si no se la tragaba tendría un castigo de mil latigazos, así que obedeció sin rechistar.

Ahora entiendo porqué debía de ser sumisa de César.

Lucrecia fue llevada de vuelta a la mazmorra, y encadenada. Domine apareció detrás de ella y empezó a golpearla con la palma de la mano en el coño.

-Se te cayó una copa, y eso te quitó puntos. ¿Que debería hacer contigo? Ya sé. Dormirás desnuda, abierta al máximo de patas, y te comerán el maldito coño durante TODA la noche-dijo Domine, remarcando la palabra TODA

Así fue como se durmió Lucrecia ; siendo lamida, consiguió dormirse. Y de la misma forma despertó. Eso era una verdadera tortura.

Domine ató a Lucrecia en una cruz de metal, y empezó a pegar su espalda y su culo perfectos con un látigo.

Le dejó dolor en las nalgas, pero eso a él le era indiferente.

-¿Por qué este castigo, Domine?

-Te vas. Quiero que tu marca quede en tu puto y asqueroso culo.

Domine pasó la lengua por toda y cada una de las partes del cuerpo de Lucrecia, y al terminar le dio una palmada en el culo.

-Puedes marcharte.

Lucrecia salió al patio de la casa, desnuda, delante de esa fuente, esperando a alguien.

César apareció detrás de ella, la empezó a ahogar del cuello, y se desmayó.

Despertó atada y desnuda, pero esta vez fue entre la paja de casa de César.

-Mastúrbate-oyó sin todavía ver del todo bien

Abrió bien los ojos, y vio a César mirandola fijamente. Empezó a masturbarse.

-Mientras te masturbas, ¿Por qué no quieres ser mi sumisa?

-Amo a alguien. No puedo ir por ahí siendo sumisa de nadie.

-Maldita zorra...Encima vas de romántica.

-Pero quiero ser su sumisa. Le suplico ser su sumisa. Quiero ser humillada por usted.

César vio por primera vez sinceridad en los ojos de Lucrecia.

-Veo que ya no eres una necia, empiezas a comprender algunas cosas-añadió él-.A partir de hoy, te doy el privilegio de llamarme amo. Pero no te confundas, para mi sigues siendo escoria. Una esclava a la que follarme. Por cierto, tu amo vuelve a la arena. A partir de hoy eres la sumisa del mejor de los gladiadores. Pero no dudes que si algún día deseas librarte de tu esclavitud pienso usar mi espada contra tí, ramera.

Lucrecia tuvo que dormir con las piernas en la pared y la espalda en el suelo : la posición más incómoda jamás vista.

Pero era el castigo...su castigo.

El castigo por amar a alguien.

Lucrecia era una sumisa, y nada más que eso. Y ahora tenía a alguien a quien llamar amo.

Una sumisa vive para servir. Pero Lucrecia...Lucrecia servía para vivir. Y vivía para servir. Un círculo que la convirtió en sumisa total de su AMO.
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Re: ESCLAVAS DE ROMA

Notapor oculta » Mié Dic 18, 2013 6:42 pm

Mmmmm...
Debo reconocer que el marco histórico no me seduce demasiado. Soy más medieval, QUÉ SE LE VA A HACER!!!! Jajaaaaa, pero me ha resultado muy interesante!!!

Gracias por compartirlo!!!!
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Re: ESCLAVAS DE ROMA

Notapor Domine » Mié Ene 08, 2014 5:56 pm

Muy buenas;

El tratamiento que se daba a los esclavos en la Antigua Roma se diferencia de otras épocas, tanto anteriores como posteriores, en el relativo respeto hacia su condición. Eran un bien preciado. Nunca una sociedad avanzó tanto como cuando dominó voluntades y fueron los romanos los que, aprovechando esto, dieron un salto cuantitativo en el progreso de la humanidad en múltiples disciplinas que perduran vigentes en la actualidad.
Dejando de lado la estética; este pensamiento y esta forma de vida son una buena guía y dicen mucho de quien lo sigue.

Saludos
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Re: ESCLAVAS DE ROMA

Notapor Domine » Lun Ene 13, 2014 1:39 pm

Muy buenas,

Les dejo por aquí un enlace que contiene infografías y alguna foto relacionada con el tema.

http://consulderoma2.blogspot.com.es/20 ... lavas.html

Saludos.
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