Propuesta de debate para un café o linea de post
Publicado: Dom Sep 20, 2015 3:53 pm
Aun estando en la distancia y con muchisimas ganas de poder participar, me gustaria hacerles una propuesta, les expongo un texto de un buen amigo Dragón (el editor de Cuadernos BDSM) y saber tendencias parceres y comentarios diversos.
Atentamente.
“Hay tantos BDSM como practicantes”
“Quién tiene la biblia del BDSM?”
Pocas frases pueden hacer más daño al BDSM que estas dos (aunque hay unas cuantas más que le van a la zaga), siendo además tema principal en muchas ocasiones y transversal en la mayoria de los linchamientos debates cibernéticos, principalmente.
El problema en sí no está en las propias frases, si no en el uso e interpretación que de ellas se hace.
Así, en lugar de interpretar la primera de ellas como una forma de expresar sentimientos integradores e inclusivos hacia los demás, se suele utilizar más bien como una forma de exigir a los demás que acepten “pulpo” como “animal de compañía” refiriéndose a ellos mismos y a quienes señalen oportuna e interesadamente.
Y es que decir “hay tantos BDSM como practicantes” puede sonar muy bonito, muy “chachiguay” y un buen motivo para darnos palmaditas aprobadoras en la espalda los amiguitos. Pero es irremediablemente falso: la realidad es que sólo existe UN BDSM y muchas formas posibles de experimentarlo/sentirlo/vivirlo. Pero lo que define el mundo y lo que sobre él se da no son los sentimientos, los cuales son por definición, experiencias íntimas internas, personales e intransferibles. Esto significa que por mucho que yo me sienta internamente como una especie de Mr. Grey algo madurito y con aspecto de George Clooney, mi realidad económico-social, mis cuentas bancarias y la imagen que me devuelve el espejo de mí mismo jamás se aproximarán siquiera remotamente al personaje literario.
Y aquí es donde la segunda frase aparece en el linchamiento debate…
“Quién tiene la biblia del BDSM?” o sus derivadas, “Quién/dónde dice lo que es y lo que no es BDSM?”
Intentemos obviar el detalle de que buena parte (cuando no una mayoría aplastante) de las personas que clamaban al ciber-cielo la primera frase no tienen reparo alguno de, a renglón seguido, defender que tal o cual cosa no son BDSM (sexo, sexo duro, escat, bofetadas, amor, no amor, etc) esgrimiendo su propia inexistente “biblia” y vayamos al grano directamente.
El BDSM son aquellas actividades que involucran el placer por el dolor erótico y/o la transferencia erótica de poder, de forma voluntaria y libremente consensuada, y sin que esto nos deshabilite personal y socialmente (salud social, familiar, física, mental…). Nada más (y nada menos!).
Todo aquello que encaje en esto, es BDSM. Lo demás que queramos añadirle son cuestiones y apreciaciones personales que hablan de nuestros gustos particulares y preferencias, pero no lo definen. Y no necesitas ninguna “biblia” que te lo diga, simplemente necesitas conocer el cúmulo de experiencias vividas, compartidas y transmitidas por los miles de personas que pasaron por aquí antes que nosotros.
Nadie te impide a que, si juegas al scattergories en tu casa aceptes “barco” como “animal acuático”. Pero si participas en una competición en línea sin duda, harás el ridículo.
Y, si pese a todo, todavía insistes en que “hay tantos BDSM como practicantes” y que no existe una definición de lo que es el BDSM, te invito a que reflexiones e intentes responder a la pregunta con la que me obsequió el Amigo Txiria mientras manteníamos este mismo debate hace un tiempo ante unas cervezas:
“Si no existe una definición de lo que es el BDSM… cómo sabes que lo que haces es BDSM?”
DR.
Atentamente.
“Hay tantos BDSM como practicantes”
“Quién tiene la biblia del BDSM?”
Pocas frases pueden hacer más daño al BDSM que estas dos (aunque hay unas cuantas más que le van a la zaga), siendo además tema principal en muchas ocasiones y transversal en la mayoria de los linchamientos debates cibernéticos, principalmente.
El problema en sí no está en las propias frases, si no en el uso e interpretación que de ellas se hace.
Así, en lugar de interpretar la primera de ellas como una forma de expresar sentimientos integradores e inclusivos hacia los demás, se suele utilizar más bien como una forma de exigir a los demás que acepten “pulpo” como “animal de compañía” refiriéndose a ellos mismos y a quienes señalen oportuna e interesadamente.
Y es que decir “hay tantos BDSM como practicantes” puede sonar muy bonito, muy “chachiguay” y un buen motivo para darnos palmaditas aprobadoras en la espalda los amiguitos. Pero es irremediablemente falso: la realidad es que sólo existe UN BDSM y muchas formas posibles de experimentarlo/sentirlo/vivirlo. Pero lo que define el mundo y lo que sobre él se da no son los sentimientos, los cuales son por definición, experiencias íntimas internas, personales e intransferibles. Esto significa que por mucho que yo me sienta internamente como una especie de Mr. Grey algo madurito y con aspecto de George Clooney, mi realidad económico-social, mis cuentas bancarias y la imagen que me devuelve el espejo de mí mismo jamás se aproximarán siquiera remotamente al personaje literario.
Y aquí es donde la segunda frase aparece en el linchamiento debate…
“Quién tiene la biblia del BDSM?” o sus derivadas, “Quién/dónde dice lo que es y lo que no es BDSM?”
Intentemos obviar el detalle de que buena parte (cuando no una mayoría aplastante) de las personas que clamaban al ciber-cielo la primera frase no tienen reparo alguno de, a renglón seguido, defender que tal o cual cosa no son BDSM (sexo, sexo duro, escat, bofetadas, amor, no amor, etc) esgrimiendo su propia inexistente “biblia” y vayamos al grano directamente.
El BDSM son aquellas actividades que involucran el placer por el dolor erótico y/o la transferencia erótica de poder, de forma voluntaria y libremente consensuada, y sin que esto nos deshabilite personal y socialmente (salud social, familiar, física, mental…). Nada más (y nada menos!).
Todo aquello que encaje en esto, es BDSM. Lo demás que queramos añadirle son cuestiones y apreciaciones personales que hablan de nuestros gustos particulares y preferencias, pero no lo definen. Y no necesitas ninguna “biblia” que te lo diga, simplemente necesitas conocer el cúmulo de experiencias vividas, compartidas y transmitidas por los miles de personas que pasaron por aquí antes que nosotros.
Nadie te impide a que, si juegas al scattergories en tu casa aceptes “barco” como “animal acuático”. Pero si participas en una competición en línea sin duda, harás el ridículo.
Y, si pese a todo, todavía insistes en que “hay tantos BDSM como practicantes” y que no existe una definición de lo que es el BDSM, te invito a que reflexiones e intentes responder a la pregunta con la que me obsequió el Amigo Txiria mientras manteníamos este mismo debate hace un tiempo ante unas cervezas:
“Si no existe una definición de lo que es el BDSM… cómo sabes que lo que haces es BDSM?”
DR.