Teniendo tiempo para reflexionar, mirando desde la ventana ese cielo gris, me da por pensar, por evaluar las razones que uno tiene para ser dominante. Hoy en día percibo un gran incremento de aficionados, dentro de este mundillo y que se aproximan a él, por el morbo sexual que da. Se ha puesto de moda y son juegos sexuales atractivos, Juegos en el que la parte dominante puede ser muy egoísta, sin preocuparse del placer de la otra parte, ya que esta se complace con hacernos felices.
Yo personalmente no me siento así, debo ser raro, esa rareza, esa misma rareza que sentía, en la vida vainilla, cuando empezaba a sentir los impulsos dominantes, pero ahora dentro del mundo BDSM.
Mi forma de ver este mundillo que me apasiona, tiene tanto morbo sexual como le puede parecer a cualquiera, y poco tiene que ver con la violencia que se ve últimamente en este mundillo, ¿quiere decir esto que no me gustan los azotes? Para nada, me encantan y con diferentes instrumentos, pero creo que la diferencia es un pequeño y sutil detalle. Es refinamiento.
Para mi el BDSM es la sublimación de los sentidos, el refinamiento del placer, el buscar este placer, mas allá del placer sexual del momento, por encima del placer del poder, al dar o no dar un azote, esta el azote mismo, esa sensación de poder quizás sea una parte mas, pero no deja de ser una parte, veo mucho mas atractivo el momento, esa sensación que me produce y produzco, al prepararlo, al sentirlo cuando lo doy y al comprobar el resultado en la piel de la persona azotada.
Y al igual que el ejemplo del azote podría aplicarlo a muchas otras practicas.
Y en practicas tan sencillas, como la lectura, escritura, conversación, comportamiento, educación,moda,etc.
Y me pregunto, ¿ como alguien que no este preparado personalmente para apreciar esta sutileza, puede disfrutarla? Y mas redundantemente ¿ como puede llegar a enseñarlas, si se carece de ese refinamiento? ¿porque, alguien no preparado para vivir, puede dominar la existencia de otro?
Si soy consciente, de que no todos podemos ser buenos en todo, no todos podemos conocer todo, pero ¿como podemos ser exigentes con la parte sumisa, si no somos exigentes con nosotros mismos?
Aquí veo el quid (esencia o punto clave) de la cuestión. Y la contestación a la gran pregunta de la parte sumisa ¿ como distingo un buen o un mal dominante? Si ves que es exigente para contigo y no para consigo mismo, ya no precisas que te diga nada mas. Si no haces caso a esto, es ya bajo tu responsabilidad.
Después esta la famosa pregunta ¿que buscas en una sumisa? Y mi contestación es siempre la misma, “nada y todo” . Sí, tengo las mismas pasiones que cualquiera, me gustan la sensualidad, me gusta la belleza, me gustan los cuerpos ardientes, me gusta la sexualidad como a cualquier otro. Pero cuando acepto una sumisa, quiero algo mas, quiero ese refinamiento, si lo tiene disfrutarlo y si no lo tiene, darle el incentivo para que lo busque, que lo disfrute , quiero que ella misma se supere, se supere en todos los sentidos, físicos e intelectuales, y que esta superación, se lleve hasta el infinito. ¿Entonces? Es un trabajo tan continuo que nunca termina, y es tan variado y extenso que se precisarían muchas vidas para completarlo y siempre quedaría algo por hacer y disfrutar.
Y como con cualquier cosa en esta vida, no se puede enseñar lo que no se tiene dentro, no se puede enseñar a ser refinado, si uno mismo no lo es, no puedes sublimar el placer si no se esta preparado para ello.
Pondré un ejemplo para que me comprendan, cualquiera puede enseñarnos los movimientos que hay que hacer para llevar un coche, la técnica, y hasta las maquinas pueden llegar a hacerlo, pero el conducir( ir de un sitio a otro), ya es un estado superior, y cuesta mas hasta de programar, pero también es cuestión de técnica y ya se están haciendo avances en ese sentido ( técnicamente) pero lo que nunca podrán hacer las maquinas es el “disfrutar conduciendo” el hecho de hacerlo, por el gusto de hacerlo, y no simplemente por la necesidad de desplazamiento.
Esto aplicado en el BDSM, es lo que estoy viendo, “la moda”, nos lleva a que la gente aprenda las técnicas, por la necesidad de seguir la moda (el desplazamiento), por llegar al destino (sexo), pero no veo que disfruten por el hecho de hacerlo (el disfrutar conduciendo).
Intentare explicarme contando parte de mi experiencia vital, por que es muy complicado de expresar (esa sutil diferencia entre desplazarse conduciendo y disfrutar conduciendo)
Cuando acogí hace quince años a mi esclava personal, la que convive conmigo 24/7, he de reconocer que tuve mil y una trabas mentales, había una diferencia de edad, diferencia de experiencia vital, diferente ambiente, diferente cultura, y naturalmente diferente tendencia.
Con ella me propuse, hacer mi “opera prima”, ¿ y esto que quiere decir?
Pues que no solo buscaba el momento sexual, no buscaba esos momentos puntuales, si no algo mas... Quise hacer de ella una persona completa, y no solo en el sexo, si no en cualquier faceta de la vida, profesional, personal, mental, física y espiritual. Y todo eso sin cambiar su forma de ser, sin cambiar su forma de pensar,simplemente potenciándola, cuando se necesitaba o frenandola cuando se precisa, pero que en ningún momento dejase de ser ella misma. ¿Mi meta? Hacerla feliz y ser feliz viviendo y compartiendo esa felicidad vital. algo, tan sencillo y tan complicado a la vez.
Como decía con el coche, no solo viviendo ( conducir), si no disfrutar viviendo.
Y hasta el momento, después de quince años, seguimos disfrutando de esta forma de vida, y seguimos viviendo. Esto es para mi el BDSM, no solo unas practicas puntuales, no solo un momento sexual, no solo unas técnicas mas o menos refinadas, si no una forma de ser feliz viviendo la vida.
Y quizás, solo quizás, por esta razón soy dominante por saber si soy capaz de vivir y disfrutar de todo este refinamiento, y llegar a sentirlo, disfrutarlo al máximo.
Sera el otoño, que me pone pensativo.
Nomar-tf