Así de primeras quizás no tengas ni idea de a qué me refiero con sexo interfemoral o intercrural, y sin embargo se practica desde hace siglos. El término intercrural en latín significa entre las piernas, es por tanto una práctica sexual que consiste en simular un coito sin penetración frotando el pene entre los muslos de una mujer o de un hombre.
En occidente esta practica hasta no hace mucho, y seguro aún hoy en día, también se practica para evitar embarazos, pero suele ser más propia de adolescentes u homosexuales que no desean practicar la penetración. Esta técnica no sólo evita embarazos o que una chica pierda la virginidad, también reduce considerablemente los riesgos de transmisión de enfermedades.
Y lo siento pero una vez más vamos a mezclar a los japos con una parafilia. Al parecer en el país nipón no son tantas las mujeres que toman la píldora, así que son bastantes los que practican el sexo intercrural para evitar embarazos.
Además practican lo que ellos llaman "Sumata", que no es otra cosa que frotar igualmente el pene pero contra la entrepierna de la mujer, ya sea la vulva o entre las nalgas. En parte esta práctica se popularizó como remedio a una ley de 1956 que les prohibió pagar por hacer el coito.
El sexo intercrural también es conocido en ocasiones en los Estados Unidos como "el Primer Año en Princeton". El término se refiere a un sistema universitario en el que los veteranos ayudaban a los estudiantes novatos a adaptarse a la vida universitaria a cambio de gratificación sexual. Un sistema similar se presentaba en otras universidades, como en Oxford, donde recibía el nombre de "Estilo Oxford".
Orígenes del sexo intercrural
Es una práctica que se ha llevado a cabo con mucha frecuencia a lo largo de la historia, sobre todo en situaciones donde la homosexualidad era la única opción para tener sexo, por ejemplo cuando los hombres partían por largo tiempo a la guerra, en expediciones, en internados, en campamentos, en prisiones, y así un largo etcétera.
A lo largo de la historia también se ha empleado el sexo intercrural para poder mantener relaciones cuando la mujer tenía la menstruación, cuando estaba en un estado avanzado del embarazo o cuando el pene del hombre era demasiado grande o demasiado pequeño. Aunque para muchos ha sido su manera favorita de tener sexo, es el caso del afamado Oscar Wilde que confesó que incluso lo prefería al sexo oral.
Es más, en la antigua Grecia y concretamente los espartanos promovían las prácticas homosexuales entre sus guerreros o con chicos jóvenes, no por mero gusto sino como una solución a los largos periodos de tiempo que permanecían alejados de sus mujeres.
Y de ahí deriva el falso mito de que los griegos eran aficionados al sexo anal, nada más lejos de la realidad, en aquella civilización la penetración anal se consideraba como algo especialmente cruel y degradante para el sujeto pasivo. Si se permitía era sólo con los esclavos, y aún y con eso era mal visto.
Cuando el sexo intercrural se practica entre un hombre y una mujer, ésta puede obtener bastante placer si hace que el vaivén del pene acaricie su clítoris. Tanto si se va a practicar entre dos hombres como un hombre con una mujer es recomendable emplear lubricante, así podemos llegar apretar los muslos mientras el pene se sigue deslizando con facilidad y obteniendo aún más placer.
Y ya para terminar, y por si no lo sabías, en ciertos países la homosexualidad no se asocia directamente con la penetración anal, como puede ocurrir en España, sino con el sexo intercrural donde los hombres frotan su pene entre las piernas de otro, o bien entre las nalgas e incluso contra el abdomen hasta alcanzar el orgasmo.
Posturas para practicar el sexo intercrural
- Ambos acostados, uno sobre otro y frente a frente. El mirarse cara a cara es un estímulo extra y hay un perfecto acceso del pene al clítoris por la fricción. También permite que las manos estén libres para acariciarse el pecho, las nalgas del que esté encima…
- Ambos acostados, uno sobre el otro, los dos boca arriba (en el caso de pareja heterosexual, ella encima). El acceso de él a los pecho o incluso a la estimulación manual del clítoris es perfecta.
- Los dos boca abajo, uno sobre el otro (en el caso de pareja heterosexual, él encima). En este caso también es posible que el roce del pene sea entre las nalgas, llegando hasta el clítoris.
- Sentados, uno sobre el otro, frente a frente (en el caso de pareja heterosexual ella encima). Esta posición también resulta muy excitante al haber una perfecta visualización de los genitales y del movimiento de roce entre ellos.
- Sentados en el borde de la cama o de una silla, uno sobre otro, uno de espaldas al otro(en el caso de pareja heterosexual ella encima). En este caso el que está encima tiene posibilidad de realizar el movimiento de fricción.
- En la posición del “perrito”. También cuanta con la posibilidad de caricias así como la estimulación visual extra del que está detrás.
- De lado. Con las características de las posturas en las que ambos están tumbados, etc…
Siempre se pueden probar y descubrir nuevas posiciones placenteras para esta práctica sexual o cualquier otra, La cuestión es no olvidar que con lubricante (ya sea el natural propio de la excitación o alguno artificial) se consigue un mayor placer al producirse el deslizamiento con mayor facilidad. ¡A disfrutar!
Fuente: blog.coompra.com