De vuelta a la rutina, con el corre corre diario, me permito unos minutos para recrearme en las pequeñas travesuras que me han hecho sentir valiente, viva de nuevo.
Poca cosa, seguramente, para quien lo hace a diario, pero pequeños triunfos para quien ni soñó que sería capaz.
En los últimos tiempos he grabado algunas experiencias más allá de en la mente, en la piel y eso es increíble. Solo hay una vida y un tiempo prestado para vivirla a nuestro modo. Solo me pregunto por qué una vez pensé que sería mejor apartarme y seguir el camino recto. ¡Qué placer, qué emoción, cuánta vida proporcionan las curvas!
Es una reflexión personal, pero quería haceros partícipes y, sobre todo, daros las gracias. Gracias por estar ahí, por compartir mis gustos “raros”, gracias hasta por esas lágrimas y chispas de rabia que ahora se transforman en sonrisas de satisfacción por haberlas sentido.