Este es un relato que tenía por ahí perdido desde hace tiempo, lo he releído y corregido y al hacerlo me surgieron recuerdos, el como y quien me había inspirado a escribirlo. Así que decidí recuperarlo, por todo lo bueno que me trae a la mente. Espero que os guste:
Estaba la gatita desnuda a cuatro pasas sobre una mesa con los ojos vendados, a pesar de no ver nada podía sentir la presencia de su Amo a su espalda y la de alguien en frente de ella, por el perfume de ese ser desconocido podría decirse que se trataba de una chica.
El Amo de la gatita se deslizó hacia delante, ella podía sentir su cálido tacto que tanto le gustaba.
-Cuando te quite la venda verás a alguien frente a ti, te prohíbo que le toques, sólo podrás besarle en la boca, y no apartes la mirada de su cara, no podrás levantar la vista de su rostro.-
Le susurró el Amo mientras despacio le quitaba la venda de los ojos. Justo frente a ella, tal como le había delatado su olor se encontraba en la misma posición una chica, muy atractiva con una actitud muy altiva y al igual que la gatita ella también tenía a su Amo detrás. Ambas fijaron la mirada la una en la otra y ambas ardían de deseo de tocarse y jugar juntas, pero sus Amos se lo habían prohibido, sólo besos, esas eran las órdenes.
Tímidamente las chicas se besaron y con el primer beso calló el primer azote, fuerte, picante, contundente y al mismo tiempo dulce y placentero. Dos gritos al unisono, de placer y dolor.
Un segundo beso más atrevido y un segundo azote, en la otra nalga para ir igualando. Un tercer beso, un tercer azote, un tercer gemido.
La excitación de ambas va en aumento con los implacables azotes de sus Amos, los besos son cada vez más salvajes, ya no hay timidez, ahora es todo pasión, placer y desenfrenado.
Los Amos acarician entre las piernas a sus mascotas ambas están mojadas y excitadas como zorras en celo. Ponen sus dedos inundados de líquidos en el rostro de las perras, se entremezclan las lenguas, se intercambian fluidos, lametones, besos, más gemidos, más gritos y de nuevo esos maravillosos azotes.
Ellas están excitadas, emborrachadas de placer, ahora todo va más rápido las cosas se vuelven borrosas, los besos más cortos, los gritos y gemidos más largos. Sus cuerpos quieren más, más...más Un último y excitante beso cae un fuerte y penetrante azote que atraviesa el cuerpo desde el coxis hasta el cerebro, una descarga eléctrica que recorre la espalda un grito de placer. Un intenso orgasmo expresado al unísono que hace que las dos se desplomen sobre la mesa exhaustas, contentas y sobre todo agradecidas a sus Amos por tan intensa y maravillosa experiencia.
Dedicado a: Nomar-tf y a su esclava isora{Nm} por lo mucho que se les echa de menos, (lo confieso Señor Nomar-tf su esclava fue la musa que me inspiró en este relato)