¿Han visto el anuncio de la chica de Mango? Miranda Kerr se llama. Sí, sí, esos que están en todas las vallas publicitarias. Y bueno, dirá el personal, ¿qué tiene que ver eso con los temas bedesemeros que aquí tratamos? De acuerdo que en esos anuncios no hay látigos, ni cuero negro, ni cadenas, ni todos aquellos elementos que se le supone a gente pervertida -dicho en el sano sentido de la palabra-
. Más bien se podría decir que las imágenes de dichos carteles juegan con el culto a la belleza, a la sensualidad, a la elegancia femenina. ¿Es eso patrimonio exclusivo del mundo "vainilla"? O, por el contrario, habremos de preguntarnos si no es incompatible tener gustos sensibles y al mismo tiempo otro lado más pícaro
... Yo, y no sé si soy muy atípico, confieso que tanto me gusta una mujer vestida de dómina, como con un look similar al de los carteles de los que ahora hablo. Y, desde luego, no cambiaría esos anuncios por la típica foto de mujer desnuda que se puede ver en los talleres de mecánica
. Ser switch no tiene necesariamente que aludir al cambio de roles en un escenario bedesemero. También, y ¿por qué no? podríamos decir que ser switch puede aplicarse al hecho de compaginar distintos gustos estéticos que, aparentemente, pueden ser muy diferentes.
Y, todo este preámbulo, ¿a cuenta de qué? Pues verán
. Es que esta mañana me ha sucedido una cosa de esas que sólo pasan una vez en la vida. Algo que estadísticamente le sucedería a uno entre 100.000.000. Un hecho que necesitaría de una conjunción planetaria similar a la que aconteció cuando Obama y Zapatero coincidieron en las presidencias de USA y la Unión Europea
. Pero les cuento. Momento: 10'30 horas de una mañana de un 15 de noviembre de 2013. Lugar de los hechos: parada de la guagua en la Avenida 3 de mayo, en Santa Cruz de Tenerife. Yo estaba esperando en dicho lugar, pero al mismo tiempo permanecía extasiado contemplando
el anuncio de la chica vestida con un mono negro, y calzada con unos zapatos de salón también de color negro (
http://catalogos2014.com/59_catalogo-ma ... erno-2014/). De repente, aparca allí una furgoneta de la que se baja un joven que, ¡oh, sorpresa! Se trata del operario de la empresa publicitaria que viene a cambiar los carteles. El chico trae en sus manos unos carteles nuevos, concretamente de una conocida ONG, de esas que no son gubernamentales pero reciben dinero del gobierno
, y con la intención de ponerlos en el lugar en donde segundos antes estaban las fotos de Miranda... En breves instantes ha enrollado las fotos de Mango, y yo, sin pensármelo mucho, y con el corazón latiéndome a tope de emoción, me he acercado:
Yo: Hola, ¿los carteles que quitan son para tirarlos?
Él: Pues sí.
Yo: ¿Me los podrías regalar?
Él: Sí, pero no los pongas en un sitio público.
Yo: Claro, son para ponerlos en mi habitación.
Total, que me ha regalado los anuncios de la chica de Mango, y yo, con mi tesoro bajo el brazo, más contento que un desempleado que hoy en día encuentre trabajo
.
¿Muy propios del BDSM mis gustos? Pues yo creo que si consideramos el FemDom como parte del BDSM lo mío tiene mucho de ello. Porque el culto a la belleza y a la estética femenina entronca mucho con lo anterior. Bueno, ahora ya sólo falta comprarme el mono y los zapatos, pero de eso les cuento otro día...
Me gusta el otoño, porque es cuando las chicas usan las botas.