Con un retraso notable, por el que pido disculpas, por fin pongo punto final a esta lectura y subo mi percepción sobre ella.
Esta segunda parte (y digo segunda parte, porque lo he leído en dos tandas) me ha resultado una lectura desgarradora, incluso angustiosa. La transformación de la protagonista me provoca inquietud y malestar; la seguridad que transmite cuando se encuentra arropada por Pablo (incluso en los momentos en los que comete algún desliz) se contrapone a la vulnerable mujer que, sin la mano que la guía, se encuentra perdida, sin rumbo, descontrolada... buscando esas sensaciones que sólo obtiene con Él y precipitándose hacia una vorágine de destrucción, traspasando límites para continuar sintiendo, aún sabiendo que sigue siendo Pablo el único que la complementa.
El miedo es mal consejero, sin embargo, en ocasiones te domina de tal modo que uno mismo provoca lo que tanto teme. Lulú huye del ser que ama por temor a que un día éste deje de verla como la niña que desea y aunque sufre, ¿no es más “fácil” de manejar el sufrimiento cuando te convences de que es el mal menor????
Y es ese torbellino de sentimientos y temores el que precipita el desenlace.
Pese a que he disfrutado adentrándome en el mundo de Lulú, ha habido momentos en los que mi yo, cómo diría, más tradicional se rebelaba ante ciertos hechos, como la edad de inicio de sus relaciones sexuales de la mano de un adulto... (y sí, modificando ese punto, no tendría sentido el desarrollo de la novela, pero ahí están los tabúes...) aunque también es cierto que la protagonista parece tener una madurez superior en esos primeros momentos que hacia el final de la novela.
Pero lo que sí me resulta más difícil de aceptar es el incesto... si bien, debo admitir que no me sorprende, pues en sus primeras páginas es mencionado por Pablo.
Lejos de apartarme de la lectura, lo cierto es que aunque una parte de mi conciencia me gritaba que... uffff... “eso” no estaba bien, a mi cuerpo le encantaba y deseaba llegar al punto en el que se cruzaran sus miradas... Si es que, en el fondo, soy una depravadilla...
Me ha “chirriado” el final un tanto rocambolesco aunque la intensidad a la que se lanza la protagonista tampoco puede desembocar en algo sencillito...
Estoy preguntándome si extraigo una moraleja llevada quizás al límite, pero si una desobedece a “papi” se lleva un castigo... Extrapolándolo a una relación D/s del calibre que narran sus páginas, quizás sea “justo” el castigo por pretender ser quien lleve el rumbo y deba sufrir un escarmiento extremo por su osadía para acabar en el lugar del que nunca debió salir.
He echado en falta algo más de profundidad en los personajes en el desenlace en lugar de dejar en el aire algunas escenas esperando que los lectores las interpreten pero esto no cambia la valoración global... ¿Me ha gustado??? ¡¡¡SIN DUDA!!!
Me pregunto cuál hubiera sido mi reacción de haberla leído unos años atrás, aunque lo que importa es lo que me provoca ahora y... ahora, lo cierto es que me ha llegado!!!
No comulgo con todo lo que aparece en ella, pero no implica que no haya disfrutado con la lectura.
Eso sí... me gustó más "La atadura"