Esa mañana me desperte un poco triste, hacia dos dias que no sabia nada de mi AMO. Se habia ido de viaje por trabajo y me habia dicho que estaria fuera una semana mas o menos. Hable con el el miercoles asi que segun mis calculos no volveria hasta el domingo y hoy era viernes.
¡Dios cuanto le echaba de menos!
Me levante, me duche y me fui al trabajo. Debia estar ocupada, asi los dias pasarian mas rapido, pensaba mientras llegaba a la oficina.
Pase el dia trabajando y poniendo al dia cosas que tenia atrasadas evitando llegar a casa temprano, pero ya a las 8 mi cabeza iva a estallar asi que me dije vete a casa toma un baño relajante y acuestate, sera lo mejor.
No habia parado de mirar el movil, esperando un mensaje, una llamada, algo, pero nada. Al llegar a casa estaba aun mas depre que cuando sali por la mañana.
Abri la puerta, deje el bolso y las llaves en el vestibulo, fui al salon a ver si tenia algun mensaje en el contestador pero me pare en la puerta para quitarme los tacones, me dolian los pies.
Entonces oi una voz desde el sofa.
-No te quites los zapatos perra, sabes que me gusta usarte con ellos puestos.
Di un grito y encendi la luz. No podia creerlo, alli estaba él, sentado en el sofa con su traje, sin corbata y una sonrisa malevola en su rostro.
-Hola sumisa ¿te has asustado?
-¡ mi AMO !
-Como por arte de magia desaparecio el dolor de cabeza, el de pies, la tristeza y el cansancio.
Una gran sonrisa ilumino mi rostro.
-Ven aqui perra, cuentame ¿me has echado de menos?
- Me arrodille y me acerque a el a gatas -Mucho mi Señor le he extrañado mucho.
- Pues ya estoy aqui y te he traido un regalo, toma, pruebatelo quiero ver como te queda.
Abri el paquete y me quede boquiabierta, era el corsé mas bonito que habia visto nunca, de saten negro con unos ligueros incorporados y unas medias de seda negras a juego.
Me desnude despacio, insinuante a sabiendas q el me contemplaba, me puse las medias, los tacones y el collar, y mi Señor me abrocho el corsé.
- Luego me coloque frente a el con la mirada baja, las piernas separadas y las manos a la espalda.
- mmmmmmmm mi perra deliciosa, estas guapisima.
Me susurro al oido mientras tiraba de mi melena con fuerza.
-Arrodillate.
Se dirigio al mueble donde guardabamos los juguetes, saco una fusta y comenzo a acariciar todo mi cuero con ella muy despacio. Yo me estremecia, mis pezones se pusieron duros y mi sexo humedo entonces recibi el primer fustazo en mis nalgas.
mmmmmmmm sono fuerte, seco, preciso y mi coño se mojo mas aun. Luego otro y otro hasta q perdi la cuenta.
Despues coloco la correa en mi collar y tirando de ella me llevo hasta el dormitorio.
Se sento a los pies de la cama y me pidio q le desnudase.
Obedeci, le quite la chaqueta, los zapatos, los calcetines, la camisa y desabroche los pantalones despacio. Tire de ellos y luego sus slips, no pude evitar sonreir al ver su ereccion.
-¿ De que te ries perra? ¿te gusta la polla de tu AMO?
-la adoro mi Señor.
Entonces coloco unas pinzas con cadena en mis pezones y tiro de ellas.
-A ver si ahora te ries.
Con la otra mano se adentro entre mis muslos y acaricio mi sexo.
-Estas empapada perrita mmmmm me encanta que seas tan puta. Me dijo mientras retorcia mi clitoris y tiraba mas de las pinzas.
-Sube a la cama y ponte a cuatro patas.
Se coloco detras de mi y su mano comenzo a azotar mi culo con fuerza, entre azote y azote metia sus dedos en mi coño mojandolos despues los metia en mi boca y me pedia q los chupara.
Mi excitación era descomunal aquellos azotes me sabian a gloria vendita, cuando paraba sentia como ardian mis nalgas, debian estar rojas como tomates, pense, pero disfrutaba de ello mas q nunca.
Separo mis nalgas y unto mis jugos de arriba a abajo, lubricando mi ano y asi sin previo aviso me penetro por atras en una envestida dura y salvaje.
No puede contener un grito era dolor, pero era placer. se inclino hacia delante y me tapo la boca diciendome al oido.
- ssssssh no grites perra, disfruta de la polla de tu AMO y correte.
Y asi, sin poder controlar mis espasmos me retorci entre sus brazos y tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida. Mientras mi SEÑOR derramaba toda su leche dentro de mi culo.
Permanecimos unos minutos en esa posicion hasta q su ereccion disminulló, entonces se retiró y dandome una nalgada me dijo.
Te he echado mucho de menos perrita.