Debido a una serie de artículos y comentarios en las redes sociales, me ha producido una inquietud y una reflexión personal sobre las fases de una relación BDSM y en este escrito voy a intentar, desde mi punto de vista, reflejarlas.
Yo las encuadraría en dos grandes tipos: Relación Concomitante ( 24/7, con convivencia) y Relación Ocasional ( sesiones, pero sin convivencia), independientemente de su duración en el tiempo
He de hacer constar que no estoy imponiendo más valor a una que a otra, ya que cada uno debe decidir que tipo de relación le hace más feliz y se acopla mejor a su vida.
Las fases, como es lógico, se inician prácticamente igual en todo tipo de relaciones, son fases comunes. Es cuando la relación se prolonga en el tiempo cuando empiezan a haber particularidades y diferencias entre unas y otras.
De acuerdo con los psicólogos norteamericanos Ellyn Bader y Peter Pearson, toda relación de pareja evoluciona y atraviesa ciertas fases que coinciden con la relación madre-hijo. Estas serían:
Fusión o enamoramiento: del primer mes a los 18 meses, máximo 30 meses, cuando los dos se sienten uno, se exploran mutuamente y se van conociendo cada día mas.
Relación y vinculación : 18 meses a 3 años.
Diferenciación: cada uno afirma su propia identidad y pone a prueba su solidez.
Exploración: del 3° al 4º año se pone a prueba la capacidad de tomar distancia del otro con actividades de todo tipo.
Acercamiento: del 5º al 15º año, dicen los expertos que si se han superado las cuatro etapas anteriores, la pareja tiende a unirse más, la comunicación mejora y se establecen condiciones con claridad, cada uno se enriquece con las diferencias del otro.
Complicidad: del 15º al 25º año, los dos se involucran más en la construcción de la pareja y en la evolución del otro, abriéndose juntos a lo que les rodea.
Es entonces cuando la compenetración es total y ambos sienten que juegan en el mismo equipo.
En el Mundo BDSM no es muy diferente. Quizás por las sensaciones más extremas, estos plazos que dicen los psicólogos se reducen en el tiempo, pero en casi todos los aspectos se diferencian muy poco.
De los dos grandes Grupos que había comentado al principio, estas fases coincidirían perfectamente con la Relación Concomitante,siendo la Relación ocasional muy diferente, ya que esta se vería diferenciada en el punto dos con la vinculación.
Por hacer una similitud:
Collar de adiestramiento, primera fase
Collar de propiedad, segunda fase.
Marcado, contrato de esclavitud, etc, tercera fase y siguientes.
¿Estoy diciendo que un collar de adiestramiento debe durar de 18 a 30 meses? Para nada. Cada relación es un mundo y los componentes de la misma deben saber cuando ha llegado cada momento. Pero al mismo tiempo te sugiero que te hagas la reflexión: ¿si reduzco los plazos, no estoy reduciendo asimismo el periodo de la relación? Es una reflexión que cada uno debe de hacerse.
Por otro lado, también hay que ser consciente que el ritmo de vida actual, las comunicaciones, etc, aceleran todos los plazos. Pero no olvidemos el refranero, que en este aspecto nos dice “ El que mucho corre, pronto para” .
¿Entonces cuándo podemos decir que tenemos una relación 24/7? Pues a mi modo de ver esta relación viene, en el primer grupo, cuando hemos pasado la primera fase y estemos ya en la segunda, y dependiendo de los componentes de la relación, cuando consideren que la vinculación ya es efectiva. Y en el segundo grupo creo que nunca existe, ya que sin disponibilidad efectiva, por mucha que sea la entrega en sesiones puntuales, no existe esa base de la relación del 24/7 (recordando que indica 24 horas los 7 días de la semana).
Y entendiendo siempre que todo esto que estamos hablando es en las relaciones Presenciales.
¿Estás diciendo entonces que las relaciones ciber no existen? No, para nada. Pero al igual que nadie puede alimentarse de las preciosas fotos de comida que vemos en internet y nadie puede oler y saborear una comida ciber (por mucha hambre que nos haga sentir el verlas) y nadie puede saber si una comida le gusta realmente hasta que no la prueba, lo mismo pasa en las relaciones. Se puede sentir mucho, pero para saber a ciencia cierta, se tiene que probar. Y nunca son ni iguales ni parecidas a unas Presenciales.
Así que equipararlas o compararlas es lo mismo que tener un Tamagotchi (el Tamagotchi es un aparato electrónico que simula una mascota, con la forma y el tamaño de un huevo, que tiene una pantalla en blanco y negro pixelada, donde se puede ver a la mascota virtual. Debajo de la pantalla hay 3 botones, A -seleccionar-, B -aceptar- y C -cancelar-, que permiten moverse por el menú) y compararlo a tener un animal en casa.
Así que si alguna vez te preguntas ¿por que algunas relaciones funcionan y otras no? indiferentemente de que sean más o menos compatibles los componentes de la misma, podríamos preguntarnos ¿ se han cumplido los plazos básicos? ¿O simplemente se ha corrido más de lo que se debería y es por ello que como dice el refranero, “pronto se para”?
Y como siempre, todos nos consideramos muy especiales, quizás, si nos paramos un poco y revisamos nuestras acciones, nuestras actitudes, independientemente de los sentimientos que tengamos en ese momento, independientemente de nuestras ganas de “llegar”, y disfrutamos el camino que recorremos en cada momento, cuando miremos atrás veamos el gran camino que hemos disfrutado.