Saludos;
Me gustaría contar una bonita historia…
Cuenta la historia…, de una chica proveniente de una familia en cierta manera acomodada, su padre tenía estudios, una buena profesión, era reconocido por su labor en su profesión y por su labor en materia educativa y totalmente altruista que ejercía en personas de ambientes rurales.-
Estando cursando sus estudios de bachiller, conoció a quien sería el amor de su vida. Curiosamente intercambiando “estampas” (cromos) de perros, que editaba por aquel entonces una conocida marca de tabaco, que hoy no existe.-
Ese amor de su vida, provenía de una familia más humilde, no por ello dejaron nunca de proporcionarle buenos estudios a su hijo, que llegó a estudiar incluso en unos de los mejores colegios de la ciudad y al terminarlos, opositar para conseguir una plaza de funcionario que logró pasados los exámenes.-
A pesar de la cierta diferencia económica entre las dos familias, tenían algo en común, el hombre como figura indiscutible que guiaba, ordenaba, el que imponía unas normas de conducta, de educación, de respeto, aderezado con los valores que debe tener una persona para caminar por el mundo con la cabeza alta.-
Sus mujeres, no por ello eran infelices, más bien todo lo contrario, disfrutaban de su vida familiar, de su entorno, de sus amistades, de su entrega, de su trabajo y para ellas, era lo más normal del mundo, es más…, así es como ellas decían que debían ser las cosas.-
La relación se forja, se integran las familias y empiezan la andadura. Y la empiezan desde el noviazgo, paso a paso, conociéndose mutuamente, adaptándose el uno al otro, guiando, dejándose guiar, ordenando, obedeciendo, pidiendo, complaciendo, respetándose el uno al otro, sabiendo cada cual que lugar ocupaba en la relación. Era, lo que siempre habían visto, era lo normal y ahí residía la felicidad de ambos. La entrega incondicional y absoluta de ella y él, con el férreo compromiso de cuidarla de por vida. Eso querían, así querían ser.-
Así fue y jamás hubo una mala cara entre ellos, siempre había una sonrisa, una caricia, un beso, una voz calmada. Siempre adelante, progresando, uno tras el otro, uno a los pies del otro, sin más, sin penas, siempre felices, se tenían el uno al otro. Esa felicidad, trajo consigo dos hijos. Hijos a los que inculcaron los mismos valores, que les fueron inculcados a ellos. Si ellos eran felices, lo mismo querían para sus hijos. Que siguieran esa estela, ese camino que tan buen resultado les había dado a ellos y a sus padres, observar, escuchar y seguir las instrucciones dadas, para luego llevarlas a la práctica, era el secreto para alcanzar esa felicidad.-
Siendo aún muy joven, con 33 años, una enfermedad angustiosa se apodera de él y tras 5 años de agonía muere a los 38 años, dejando una mujer sola, desamparada y que lo tenía a él como guía en la vida, aparte de dos hijos que entraban en la adolescencia y que en cierta manera quedaban a la ventura y cargo de una sola persona que estuvo subyugada a otra.-
Cinco años, en los que nunca fue abandonado, ni dejado de cuidar lo más mínimo, ni dejado de obedecer por estar débil. Cinco años en los que ella estuvo a cada momento a su lado, dando ánimos, poniendo siempre la mejor sonrisa en su cara por y para él. Entregándose aún más si cabe, dándole aún más dedicación y esmero, todo ello sin descuidar a sus descendientes. Prioridad ordenada por él, siempre.-
No existía un “no”, en los labios de ella, no existía el… “me da miedo enfrentarme a la vida”. Lo tenía a él y eso le bastaba, sólo era seguirle, aunque estuviesen pasando penurias.-
Con 35 años, queda viuda. Joven y guapa, podía perfectamente reemprender su vida junto a otro hombre al que seguir sus pasos. Ella lo valía, era una joya y sería una verdadera fortuna para aquel que lograra entrar en su vida. Probablemente, el sueño de cualquier hombre que desease verse atendido en todo. De hecho, alguno que otro lo intentó lanzando ciertas indirectas y buscando la manera de coincidir con ella, para intentar tenerla consigo. Sus esfuerzos, fueron en vano, ella se entregó a una sola persona y por esa persona vivió, por ella se sometió, obedeció y cuidó hasta la saciedad. Nunca más quiso a otro hombre a su lado, jamás querría a otro hombre, su entrega fue exclusiva y verdadera hasta el fin y con todas sus consecuencias.-
Su descendencia sería, la que a partir de entonces recibirían esa entrega incondicional. Casi un año pasó, hasta que algún dinero volvió a entrar en la casa. A pesar de él haber sido funcionario, la burocracia no entendía de necesidades, ni penurias. Con dos hijos y siempre a la sombra de su guía que ahora le faltaba, se vio sola ante el mundo.-
El ser una persona absolutamente entregada, obediente y complaciente, no quería decir que tuviera falta de valor, de decisión, de coraje. Ahora era el momento de demostrarlo, era el momento de seguir adelante, era el momento de seguir con la orden y el legado de cómo ser feliz, aunque él ya no estuviera.-
Lo consiguió y lo consiguió con creces. Le costó verdaderas penurias, sacrificios y mucho trabajo. Un trabajo diario, constante y sacrificado, que se deriva en felicidad al ver los progresos, al conseguir metas, al seguir al pie de la letra los renglones aprendidos y vividos junto a su hombre, se amoldó perfectamente a él, fue lo que él quiso y consiguió por sí sola las metas que los dos pretendían alcanzar. A día de hoy, estaría mucho más que orgulloso de ella. Sin duda alguna, ella consiguió ser su mitad perfecta.-
¿Cuál es el ingrediente fundamental para llegar a conseguir esto?.-
Strieme.-
24/12/2010.-
PD: Hoy, en cambio, pides un café a una sumisa y te puede contestar… ¿Qué pasa, no tienes dos manos para hacértelo?.-