Es sabido que la rutina mata el deseo y el ritmo de la vida moderna no suele dejar mucho espacio para la pasión. Entre interminables jornadas de trabajo, las exigencias de los hijos, los avatares de la economía doméstica y el cansancio, poco queda de aquel fuego que alguna vez abrazó los primeros tiempos de la relación de pareja.
En esta situación se puede reconocer un gran porcentaje de las parejas modernas y es entonces cuando los expertos aconsejan esforzarse, planificar, organizar y ser cretivos para poner más romanticismo al vapulento erotismo conyugal. Sin embargo, Joel Block rompe los espequemas tradicionales de la sensualidad con su libro “El arte del sexo rápido” e invita a dejar de lado- aunque más no sea por un rato- las velas románticas, la lencería infartante, el champagne y todo el escenario asociado a una gran noche de pasión.
Su consejo, por el contrario, es hacer el amor sin ninguna preparación y utilizar la espontaneidad como factor revitalizador y estimulante. En efecto, el sexo rápido y con cierta dosis de atrevimiento es la recomendación del psicólogo North Shore-Long Island Jewish Medical Center para aportarle novedad a la sexualidad monogámica.
Sexo fugaz, aquí y ahora. Esa es la propuesta del doctor Joel Block, quien recomienda los encuentros rápidos y políticamente incorrectos para reavivar la llama de la pasión y el deseo sexual. (1era parte del artículo) Los argumentos son contudentes: las relaciones amorosas del siglo XXI pueden durar más de lo que incluso vivían nuestros antepasados y al cabo de cientos de repeticiones de diez minutos de juego eróticos, seguidos de un par de minutos de penetración en la postura del misionero, la intimidad acaba por convertirse en una coreografía harto ensayada y monótona.
Por otra parte, explica Block, no siempre tienta embarcarse en una maratón amorosa interminable, sobre todo cuando el ritmo de vida actual no habilita demasiado el tiempo para el sexo; entonces un banquete de cinco platos
es delicioso, pero a veces, un trozo de piezza recién salida del horno resuelto salvador.
Metáforas aparte, el experto considera los encuentros fugaces muy necesarios, y aunque una vida sexual plena no debería limitarse a ellos, los recomienda como recurso para reconstruir la tensión sexual entre los amantes. Según el profesional, un momento de placer desbocada puede aportar más que placer intenso y desenfrenado, ya que la premura hace renacer viejas sensaciones y transporta a los primeros tiempos de la relación.
Fuente: Revista Paula.