¡¡¡Ummm!!! Llevo un buen rato disfrutando de las zapatillas con cuña interior. Son realmente comodísimas, especialmente si tenemos en cuenta que tienen 10 cm de altura de cuña. Y además son muy discretas, con lo que no sería un problema salir con ellas a la calle
. Ya con los tacones de aguja es otra cosa, porque uno no es exhibicionista
. Además, estas zapatillas con cuña oculta te dan un aire desenfadado, juvenil, deportivo, a lo Avril Lavigne. Vale, reconozco que no soy igualito a ella, pero tampoco me importaría serlo
. No sé por qué será, pero creo que cuando la gente piensa en el travestismo se imagina a un señor con abundante barriga, bigote de 3 cm de espesor, con un abanico en la mano, y con un vestido rojo con lunares verdes, al estilo de las folklóricas de la Feria de Abril
. Y no, no tiene por qué ser así. ¿Por qué no podemos asociar el travestismo con la imagen que lucen los maniquíes de los escaparates de mi adorada tienda Stradivarius? Por cierto, ¿se han fijado qué sucede cuando una pareja entra en ese tipo de tiendas? La chica se mueve en todas direcciones, y conoce el terreno incluso con los ojos cerrados, pero el chico, especialmente si ya tiene sus años, se queda parado, desorientado, callado, sin saber qué hacer; no está en su territorio; no es su óptimo ecológico. Allí, la chica, por muy sumisa sea, es la que domina la escena. Además, en las prendas de Stradivarius suele ser muy frecuente el color negro, un color muy bedesemero... Pero dejemos al pobre hombre en su calvario de hacer shopping a regañadientes, y volvamos a hablar de estilos estéticos. Me encantan las chicas con esa imagen rockera. En realidad me gustan las chicas con un look masculino, con cazadoras negras y botas de tipo militar... En cambio, nunca me pondría ese calzado, lo asocio en los chicos con "juras de bandera" y grupos paramilitares
. Creo que soy bastante abierto, y que las chicas pueden lucir divinas en casi cualquier estilo. Sólo tengo una antipatía estética: esos horribles vestidos que se ponen las mujeres para asistir a las grandes ocasiones, como las bodas, con esos bolsitos de mano, y esos zapatos con un florete en la punta. ¡¡Qué horror!! ¡¡¡Las encuentro horterísimas, cursis!!! Y no digamos nada de los trajes para "caballeros". ¡¡¡No, por Dios!!! Si me obligan a ponerme chaqueta y corbata sería para mí algo similar a vestir el uniforme naranja de los presos de Guantánamo
. Una dómina que me obligase a vestirme como un hombre de negocios o un político estaría sobrepasando mis límites. Sería demasiado para mí. El choque emocional me haría volver irremediablemente al mundo vainilla
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Buenas y muy perversas noches
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Me gusta el otoño, porque es cuando las chicas usan las botas.