¿Saben lo que es el TEA? Seguro que si viven en Tenerife han oído tal palabreja, que no es otra cosa que el acrónimo de "Tenerife, espacio de las artes". ¡¡Oh!!

¡¡Qué nombre tan intelectual!! Con dicha pedante como etarra denominación algún político pretendió y consiguió bautizar un edificio donde confluyeran todas las ramas de aquellas actividades que se supone propias de las personas exquisitamente cultivadas

. Un complejo arquitectónico donde coexisten varias bibliotecas, hemeroteca y mediateca, así como sala de estudio y otras tantas dedicadas a proyecciones y exposiciones artísticas. Pero como todo el mundo sabe, aquello ni es biblioteca, ni sala de estudios, ni sala de exposiciones. Porque es evidente que la mayor parte de la tropa que por allí pulula no va a tal sitio a leer libros; ni va a estudiar; ni va a contemplar supuestas obras de arte. El personal acude a aquel lugar simplemente para hacer vida social. Es decir, que en realidad no es una biblioteca, sino una ligoteca ('lugar donde se liga'). Ya se sabe que en cuestión de gustos no hay nada escrito, así que no entraré a valorar esa excelsa y sublime simbiosis entre hormigón y asfalto que define exteriormente a nuestro emblemático edificio. En cuanto a lo que hay en su interior, reconozco que soy hipercrítico, pues los defectos son numerosos, como es previsible en toda obra pública donde quienes la diseñan y gestionan jamás serán sus usuarios. ¿¡Dónde se ha visto una biblioteca en la que a ciertas horas del día te pegue el sol de lleno!?

¡Para eso me voy a la playa! Antropológicamente hablando, el TEA es un buen lugar para estudiar los genes gregarios de nuestra especie, así como las relaciones de dominación, o de sumisión al líder del clan. Llega una chica (o un chico) a primera hora, e inmediatamente ocupa su asiento, al tiempo que empieza a colocar apuntes en los otros puestos de lectura, reservándolos, claro está, para sus amistades. A alguno sólo le falta levantar la pierna, y, al estilo perruno, miccionar en la pata de la mesa, para así delimitar frente al enemigo

el territorio de su grupo tribal. Y claro, con tal proceder, al final son como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer, porque si llega alguien que realmente va a utilizar el puesto de lectura para lo que en teoría está diseñado, se queda con las ganas, ya que "oficialmente" están todos ocupados, cuando es evidente que todo aquello es puro juego de ver quién es más pícaro que el otro. Pero también hay que reconocer que el TEA tiene algunas cosas positivas. Por ejemplo, uno puede allí echarle un vistazo gratuito a lo que se llama "revistas de mujeres", como "S Moda", "Telva", "Mujer Hoy" o "Yo Dona"

. Naturalmente que cuando cojo una de ellas, me voy directamente a las páginas que tienen que ver con la moda femenina, e ignoro las típicas editoriales, en plan homilía de género, con las que los promotores de dichas publicaciones pretenden evangelizar a los gentiles (o mejor a "las gentiles") con la nueva religión de sustitución. Porque uno es femenino, pero no feminista

. Aparte de eso, hay cierta cosa que me encanta, y que tiene que ver, ¡otra vez! con uno más de los incontables defectos de este edificio. Sucede que si alguien lleva un ordenador portátil, y desea conectarlo a la red eléctrica, tiene que meterse debajo de la mesa, pues es allí, en el suelo, donde están los enchufes

. Lo hago a menudo, y claro, en esos breves segundos que permanezco bajo la mesa, uno no puede evitar fijarse en todo lo que configura la escena. Así que, y como era previsible, me dedico a examinar qué tipo de calzado lleva cada una de las chicas que tengo enfrente

. Ummm, ésta lleva botas, aquella botines, la otra sandalias, esa otra tenis. Las que más me gustan son las que llevan botas, y las que más me desagradan son las que llevan bailarinas o esas feísimas sandalias romanas que estuvieron de moda el año pasado

. ¡¡Qué horror!! Si yo fuera presidente de un gobierno, mi primera medida sería prohibir el uso habitual de las bailarinas. ¿¡Hay acaso un calzado tan poco sensual, infantilizante, desfeminizador, antierótico y asexualizador como las bailarinas!? Creo que el uso de las bailarinas sólo debería estar admitido a modo de paracaídas de emergencia, para llevarlas en el bolso, y pensado para cuando ya no se pueda soportar los tacones. Es que a mí las bailarinas, y al igual que las merceditas, las asocio con las niñas haciendo la primera comunión, o con las niñas que hacen de damas de honor en las bodas principescas. En fin, manías que tiene uno

. Después de tales confesiones no sé si podré estar cometiendo algún error y poniendo en peligro mi insano vicio, pues imagínense ustedes qué pasaría si estas líneas llegan a alguna concejalía de la mujer o cualquier otra organización abducida por la "perspectiva de género"

. De seguro que ante la constatada presencia en el TEA de depravados como el que esto escribe, y ante la previsible alarma social que el caso suscitaría, nuestros gobernantes tomarían alguna medida para acabar con tal inadmisible lacra. ¿Pondrían tabiques interiores bajo las mesas para que no se pueda ver lo que hay alrededor? ¿Habilitarían salas de estudio específicamente reservadas para uso exclusivo de las chicas? ¿Sellarían los enchufes con silicona, para así, muerto el perro, se acabó la rabia? ¿Obligarían a los usuarios a descalzarse antes de entrar en el TEA, y como si fuese una mezquita mahometana? Alcaldadas peores se han visto, así que no no hay que descartar alguna medida parecida. En fin, supongo que los pervertidos como yo deben gozar de lo lindo en los EE. UU., dada la fea (o bonita) costumbre que tienen los naturales de dicho país de poner las patas encima de la mesa

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Me gusta el otoño, porque es cuando las chicas usan las botas.