por ander » Mar Dic 25, 2012 6:30 pm
Señor Hipuquema: Ante todo, lo saludo, dado que nunca lo había leído. Que paradoja, las sumisas que nos gustan los Hombres Dominantes, seguros de sí mismos, valoramos en Usted la Humildad.
Por mi parte no tengo más que palabras de admiración, para quién sabe reconocer sus límites y los hace públicos, no tengo dudas que llegará a ser un Gran Dominante.
Como me cayó bien, le pego dos artículos cortitos, que pueden servirle de guía, no estoy segura que sea exactamente lo que Usted busca, pero cuando los leí me parecieron muy buenos y pedí permiso paraguardarlos.
Ambos textos son del blog del Señor ManOfSpain. Las Confesiones de una Esclava no tienen despercio, ojalá le ayuden en algo.
Reglas para Dominantes novatos (y no tan novatos)
Creo que todos y todas leemos a diario los reproches que las personas Dominantes hacen sobre las personas sumisas y las quejas de las personas sumisas hacia los Dominantes. Que dos personas se encuentren hoy en día, y que además sus personalidades, deseos y expectativas encajen, se hace realmente difícil. Muchas veces no nos damos cuenta de que con nuestra actitud y maneras provocamos silenciosos rechazos, y que perdemos muchas oportunidades de ser valiosos para los demás. Y peor aun, perdemos oportunidades de encontrar lo que buscamos. Mucho se ha escrito sobre cómo debe comportarse una persona sumisa, sobre qué debe tener en cuenta para conseguir tener Dom, pero... ¿y los Dominantes?
Yo leo a muchos, en chats y foros, que se manifiestan impacientes, descentrados y tristes por no tener sumisa/o. ¿Es esta una actitud atractiva para una persona sumisa? ¿Manifestar esas inseguridades nos hace más interesantes para alguien que desea encontrar a alguien con fortaleza, claridad de ideas y estabilidad? Quizá sean preferibles los momentos de recogimiento, para analizar qué debemos cambiar en nosotros mismos antes de querer conseguir algo con otra persona, porque no olvidemos que la búsqueda de compatibilidad no significa compensar nuestras carencias.
De nuevo otra traducción, esta vez de un texto del 2004:
Normas para Dominantes novatos
La mayoría de los hombres dominantes se quejan de lo difícil que es encontrar una mujer sumisa. Casi todas las sumisas que he conocido en la vida real, o de manera online, me han comentado la escasez de buenos dominantes masculinos, y que muchos sólo llegan a la categoría de bobos sin experiencia. Incluso muchos de los experimentados Dom's que conozco en la vide real parece que tienen dificultades a la hora de mantener relaciones a medio/largo plazo. Parece que muchos aspirantes a ser Dom no tienen claros algunos básicos conceptos, muy necesarios para conseguir y mantener una relación Dom/sum, ya sea en la vida real u online. En consecuencia, como un servicio público, quisiera ofrecer algunas reglas para esos Dom's novatos.
Regla número 1. No ser un idiota. Y me explicaré, ya que muchos tipos parece no tener presente algo tan básico. Muchos hombres, nuevos en la escena bdsm (y unos cuantos que no son tan nuevos), son excesivamente impetuosos a la hora de resultar de confianza, asertivos, habilidosos, o como quiera llamarse. Con demasiada frecuencia el resultado es que acaban resultando inseguros, pretenciosos, presuntuosos, arrogantes o todo lo anterior. Recuerda: en caso de duda ve despacio.
Regla número 2. Consultar regla número 1 de nuevo.
Regla número 3. Ser paciente. El BDSM es un viaje. Muchas personas sumisas no pueden entregarse hasta que confían totalmente en sus Dom's. Esto requiere tiempo. Recuerda que ser sum puede ser temible, incluso para las personas sumisas más entusiastas. Si fuerzas la situación empujando a una persona sumisa provocándole ansiedad, o quieres envolverla en tus juguetonas fantasías demasiado pronto, vas a conseguir casi sin duda únicamente rechazo, y que pierdan la confianza en tí. No le propongas a alguien que practicamente acabas de conocer que sea tu esclava 24/7. Aunque el cortejo pueda ser algo lento y doloroso la danza de apareamiento entre un Dom/sum no es diferente a la del mundo vainilla. Procura no avergonzarte tu mismo empujando la relación demasiado deprisa.
Regla número 4. Prestar atención. Como Dom es tu responsabilidad estar atento a lo que ocurre en la cabeza de la persona sumisa. No todas las escenas y prácticas funcionan con distintas personas. Si no captas a tiempo el hecho de que algo no funciona terminarás por dañar o perder a tu sum.
Regla número 5. No tratar como un objeto a una persona sumisa en la primera cita. La pura y dura realidad es que necesitas conocer a la persona sumisa como persona, y pensar acerca de sus sentimientos. Hay un momento y un lugar para marcar objetivos en una relación BDSM, pero deben abordarse con sumo cuidado, especialmente en las primeras etapas de uan relación.
Regla número 6. Ser responsable. Esta norma tiene un par de aspectos. El aspecto físico es bastante obvio. Si no tienes conocimientos sobre seguridad en el BDSM deberías buscar información. La incompetencia no es una excusa cuando pone en riesgo la salud física de otra persona. No olvides que el BDSM implica utilizar practicas de riesgo, y que incluso el más inocente nudo puede provocar una muerte por asfixia o el pinzamiento de un nervio. Casi tan importante como el aspecto físico es la seguridad emocional de la persona sumisa. Es tu responsabilidad asegurarte que tu sum no resulta emocionalmente perjudicaco/a al someterse a ti. Parar una escena las veces que sean necesarias es lo más prudente y aconsejable si estás tratando con alguien a quien conoces poco.
Regla número 7. Desarrollar tu personalidad. Para mantener una relación con una persona sumisa debe admirarte y respetarte. Esto jamás ocurre si no te respetas a tí mismo. Ser Dom no es una excusa para egocentrismos.
Regla número 8. Ser humilde. Que te ofrezcan una entrega es uno de los regalos más personales y maravillosos que alguien puede darte en la vida. Si eres de la clase de persona capaz de aceptar tal ofrecimiento con gracia y reconocimiento resulta, para ambos, más satisfactorio cuando te lo entregan.
Regla número 9. No dejar que las reglas 1 y 9 te asusten. Tu eres, después de todo, un Dom. Tienes derecho a tus sentimientos, a tus emociones. Si exhibes tus cualidades de paciencia, caracter, sensibilidad, capacidad de observación y responsabilidad cualquier persona sumisa se sentirá feliz y dichosa de estar de rodillas frente a tí. No tengas miedo de asumir riesgos (dentro de los límites de seguridad física y emocional). Se un líder para tu sum. Y sobre todo, diviértete.
Nostromo
7 de enero del 2004
¿Cómo debería ser un Dominante?
La eterna pregunta para las personas sumisas que exploran por primera vez el mundillo del BDSM, e incluso un íntimo pensamiento de muchos/as Dominantes que se cuestionan qué pueden mejorar de sí mismos/as: ¿Cómo debería de ser un Dominante?
Publico esta traducción, mía, de buen ánimo, sin pretender arañar susceptibilidades ni ofrecer dogmas.
Para muchos/as puede resultar un texto naif y exageradamente emotivo, para otros/as puede ser una clara descripción de las adecuadas actitudes que todo Dominante debería mostrar, y para otros/as... quizá es un onírico planteamiento con visos de absoluta irrealidad.
Sea como sea... aquí va el texto:
Algunas reflexiones personales sobre el modo de vida BDSM y sobre quienes participan de él... lo que sigue es únicamente mi opinión y de ninguna manera es el único camino a seguir. Hay muchas opiniones aparte de la mía, diferentes, por lo que te sugiero consultarlas. Por comodidad voy a usar el pronombre masculino cuando me refiera a una persona dominante, pero debo aclarar que lo que expreso es igual de válido para las Dóminas/Mistress/Dommes/etc. De igual manera usaré el término sumisa, aun cuando me esté refiriendo a un concepto sin género.
¿Resolverá este escrito cómo debe ser un Dominante? La pregunta sólo puede ser contestada individualmente, por las persoans implicadas, incluyendo a la sumisa. Pero esta es mi versión de cómo debería de ser.
Un Dominante debe tener control de sí mismo en primer lugar, él es confidente, cuidadoso, y comprensivo. Él no permitirá que el ego se inmiscuya en el camino del aprendizaje, tanto del suyo como el de su sumisa, sabe amar y cómo apreciar el regalo de la entrega que le ofrecieron.
Cuando el Dominante conoce a una nueva sumisa es amable y no exige ningún ritual de ella. Él no exige respeto, se lo gana, él explora la mente de ella en primer lugar, reconociendo sus puntos fuertes. Él no tratará de seducirla, dado que intentará conocerla como persona primero, construyendo una relación, descubriendo lentamente si puede surgir una sólida entre ambos.
Si Él es un buen Dominante no lo hará para obtener otra sumisa, sino porque es capaz de ser amistoso con alguien sin las trampas de la sexualidad. Él no es un depredador, sino un maestro, dispuesto a transmitir sus conocimientos por poca o ninguna recompensa, únicamente por el placer de saber que puede hacerlo, y la satisfacción de ayudar a alguien a definir su propio camino.
Si llega un momento en el que ella se ofrece a sí misma a Su servicio el Dominante es el primero que le cuestiona sobre su decisión, para pedirle que busque en sí misma y descubra si es realmente lo que ella quiere. Él es el primero en hablar de seguridad, de ofrecer referencias que le avalen, y de animarla a que busque por su cuenta. Él recomienda llamadas de seguridad y públicos encuentros las primeras veces; la seguridad de ella está por encima de todo y lo tiene en mente desde un principio.
Si decide tomar a la sumisa a Su servicio es el primero en hablar de negociaciones, ofreciendo su propia información personal. Él conoce perfectamente el daño que ella puede sufrir en manos equivocadas y busca guiarla y protegerla. No menosprecia sus temores y preocupaciones, porque conoce los riesgos que existen.
Él sabe que Su seguridad depende de la Honestidad, de la comumicación, y también sabe que protegerse a sí mismo es necesario, pero es abierto y honesto al respecto de su vida, gustos, lo que desea. Sabe que ella va a dar un salto de fe y está dispuesto a ayudarla.
Para poseerla sabe que primero debe ganarse su respeto, y para ello debe demostrar que es lo que dice ser: que se preocupa por ella, que empujará sus límites sólo para reforzar sus puntos positivos, que está dispuesto a ofrecer su tiempo para enseñarla como persona en primer lugar, y luego como sumisa. Él sabe el maravilloso regalo que ella le ofrece y está dispuesto a estar a la altura de la confianza que depositan en él.
Para esto Él habla con ella, aprendiendo sus necesidades, deseos y secretos, también ofreciendo los Suyos, incrementando la confianza de ella en sí mismo. Lentamente motivará su maduración como sumisa, hasta que florezca en pura pasión para Él.
Si observa que ella tiene carencias de autoestima hará todo lo posible para demostrarle lo mucho que la respeta y buscará todo el tiempo posible para reforzar su personalidad. Le mostrará lo bella que es para Sus ojos, centrándose en sus virtudes para mostrarle la fortaleza que posee en su interior. Suavemente le hará ver que el regalo de su entrega es maravilloso, el mejor que podría ofrecerle, y hará todo lo posible por conocer su alma, antes de pensar en conocer su cuerpo. En cuanto un Dominante reconoce a su sumisa se establece un vínculo mágico por el cual Él puede sentir los deseos de ella, sus necesidades, sus pasiones. Con este nuevo conocimiento el Dominante es capaz de llevar a su sumisa a nuevas cotas de placer, caminando como uno, juntos, buscando nuevos niveles de amor y complicidad.
Cuando el Dominante acepta a una sumisa a Su servicio acepta también muchas responsabilidades. Él promete guiarla no sólo en la cama, también en su vida. Él promete estar ahí si ella le necesita, para cuidarla, para aliviar su dolor cuando ella está deprimida, confortarla cuando ella está enferma, ayudándola a superar sus temores y preocupaciones, y para abrazarla y amarla cuando necesita afecto.
Él lo hace porque puede, ya que es la compensación al regalo de ella, haciéndolo de buen grado. Él tratará de comprender su mente, la mirada de su alma, porque sólo entonces podrán ser algo más que por separado. Ella es su más preciada posesión y él tratará de demostrar su amor todos los días.
El Dominante no trata de cambiar a Su sumisa en lo que quiere, pero le revela la oportunidad de demostrarle lo que puede llegar a ser para Él. Disfruta demostrándole las virtudes que ya posee, y bajo su guía va orientándola hacia un camino en común, sin afirmar jamás que sólo exista un camino, para convertirla en la mujer que Él sabe que puede llegar a ser.
¿Es este el perfil de un perfecto Dominante? Creo que no. La perfección es algo que todos nos esforzamos por obtener, pero que nunca alcanzamos. Es la lucha por encontrar la perfección lo que crea a un buen Dominante. No existe una única descripción para un buen Dom, del mismo modo que la belleza depende del ojo que observa, sin que haya un punto de vista equivocado, sencillamente diferentes. Todo lo que se puede llegar a afirmar es que un buen Dominante debería tener buenas cualidades, las cuales incluyen la fuerza de ánimo, habilidad, confianza, control, capacidad de aprendizaje, y la claridad mental para reconocerse a sí mismo que también debe crecer. Él debe saber amar, motivar, ser Honorable y caballeroso. Él debe demostrar respeto por las personas de su misma endencia y demostrar a los demás el mismo respeto que desea para sí mismo.
El Dominante debe estar seguro de sí mismo, y saber que eso no se basa en mirar a los demás desde arriba. Debería estar seguro de sus Ideales, pero siendo consciente de que su camino no es el único existente. Él debe permitir que los demás sigan su propio camino, sin importar cómo de diferentes o ridículos sean. Si él es testigo de una equivocación, o de un posible peligro, intentará corregirlo o prevenirlo, pero sin presionar desde su punto de vista, sólo expresando su opinión y ofreciéndose para ayudar si es preciso.
Él conoce la diferencia entre castigo y juego, entre el dolor y la sensación. Nunca abusa de su poder con ira. Nunca exterioriza frustración u hostilidad en una escena. No utiliza el regalo de la entrega para descargar su ira, e intenta aislarse de las preocupaciones cuando tiene a alguien a su merced. Él sabe que para dominar a otras personas debe controlarse a sí mismo.
Puede ejercer su "arte" para ayudar a su sumisa a ser la mujer que siempre ha deseado ser. Él toma el regalo de la sumisión seriamente, sabiendo que no fue ofrecido a ciegas o a la ligera. Siempre recuerda cómo de valioso es ese regalo, qué especial es, qué bello es. De ella ha obtenido algo que no puede exigirse, que ha de ser ofrecido, el regalo de sí misma, su alma, y el Dominante debe mimar ese regalo, como una joya.
La sumisa debe ser firme en sus convicciones. Ella se ofrece libremente al Dominante, conscientemente. Ella ofrece el regalo de su sumisión a cambio de Su amor, conocimientos y protección. Ella obedece porque ella lo ha escogido, no porque haya sido obligada.
Ella viene a él como una mujer, pero habitualmente insegura, buscando un guía, buscando aprender rápido lo que se espera de ella. Con este aprendizaje, y según la forma en la que Él se abre a ella, comienza a ofrecer más de si misma, de su alma, de sus secretos, compartiéndolo mutuamente. No existe una pérdida de poder, nadie le arrebata el control, ella lo ofrece voluntariamente. Esto requiere de un inmenso nivel de confianza, que se va adquiriendo con el buen hacer de su Dominante.
La "Educación" (o Doma) es sólo el proceso de aprendizaje por el cual ella conocerá cómo complacer mejor los deseos de su Dominante. Quizá deba aprender a cómo arrodillarse, cómo referirse a Él, cómo sentarse, etc. Ella aprenderá todas estas cuestiones porque desea hacerlo, para satisfacerle en todo lo posible. Incluso la más infantil de las sumisas desea aprender qué se espera de ella y qué límites existen.
Muchas personas aseguran que el control lo posee únicamente la parte Dominante en la relación, y de alguna manera es así, pero en una relación consensuada el Dominante conserva el control sólo hasta los límites en los que la persona sumisa lo ofrece. Él puede tratar de ampliar el horizonte, dado que para el placer de ambos ella debería ser capaz de caminar más lejos, por duro que sea. Sin embargo ella siempre debe tener el derecho de negarse, de detener una escena, de manifestar su disconformidad. Por lo tanto yo me pregunto... ¿Quién posee el control entonces?
Se dice que las personas sumisas no tienen responsabilidades, que es el Dominante el que las asume por completo. Sin embargo... observándolo con profundidad vemos otra cosa. Muchas de las responsabilidades de una sumisa son tan sutiles que pueden ser pasadas por alto. Ella debe complacerle, ella debe comportarse como Él desee, ella es fiel reflejo de la capacidad de Él, ella debe cuidar Su Honor, de la misma manera que Él la protege a ella.
Ella debe tener Fe y Confianza en su Dom, en el momento que ha demostrado que es digno merecedor. Ella necesita la fuerza de voluntad de Él para no olvidar que actua en pro de su propio beneficio, para crecer como persona y como sumisa, y estar dispuesta a hacerlo sin vergüenza, hasta sus límites, como Él desee. Esto es lo que un Dominante quiere, y lo que ella desea. En modo alguno debe ser una obediencia ciega, es para el mutuo placer.
En ocasiones el Dominante puede llegar a ver que su sumisa puede ir más lejos de lo que él pensaba, y con el uso de las palabras de seguridad puede hacerla navegar por el área peligrosa de los límites. Para estos inicios, en cualquier relación, es importante conocer con claridad cuales son los límites explorables, y cuales no, y tomar esa investigación con calma y prudencia. Es muy aconsejable utilizar una palabra o código de seguridad, para evitar que la confianza se rompa.
El uso de una palabra de seguridad debería ser pactada en cualquier nueva relación en la que la confianza y comprensión aun deben crecer. Con el tiempo, y el mutuo conocimiento, es posible que ambos puedan alcanzar un punto en el cual el Dominane conoce hasta dónde puede llevar física, mental y emocionalmente a su sumisa, sin que resulte un peligro.
La palabra de seguridad es una buena red de seguridad incluso una vez alcanzado este punto, porque un buen Dominante valora el uso de ese código cuando explora un nuevo territorio, aunque se entre ambos ya exista una confianza absoluta. El buen Dominante sabe que no es capaz de leer mentes, por muy bien que conozca a su sumisa.
La sumisa tiene un maravilloso rol para vivir con un Dominante adecuado. Con Él ella podrá crecer emocional y mentalmente hasta donde desee, aprendiendo a amar libre e incondicionalmente, encontrando el verdadero poder en su interior. El Dominante se convierte en el Hombre, disfrutando su honorable papel de Maestro, Poeta, Guerrero y Protector. Ambos, juntos, se embarcan en un viaje que les llevará más allá de convencionales conceptos sociales, traspasando los límites de la sociedad, el tiempo y el Universo.
LordWolf00 1997
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Confesiones de una esclava
El siguiente texto me lo ha cedido una esclava de convicción, de corazón, con experiencia real y que, como muchas otras, deben lidiar en la vida real, y en internet, con todo tipo de personajes.
Para que una esclava llegue al nivel de sinceridad que en su escrito manifiesta, y encima publicarlo en su blog, ha debido de pasar por auténticos calvarios, y encima ha debido de realizar un titánico esfuerzo mental para sacudirse la sensación de estar siendo injusta, desproporcionada y muy osada.
Los Dominantes pocas veces valoramos lo que para ciertas personas supone enfrentarse con sus propios miedos e inseguridades, básicamente porque las sentimos en menor medida o porque tenemos otros recursos para compensar.
Yo puedo decir públicamente con orgullo que admiro a esta mujer y que admiro mucho más que su condición sea la de esclava.
Publico su texto con su autorización, podéis leer más en: http:// esclavaenlatierra. blogspot. com
Permitidme tutearos, Señores
Panda de deshonrados caballeros, que os atrevéis a descalificar llamando amitos a los otros, como si eso os enalteciera por el mero hecho de creeros más Amos, más Hombres, más Dominantes. Cerdos petulantes que eructáis y os rascáis el culo en presencia de quien queréis someter y vejar, porque claro está vosotros sois muy Amos y hacéis lo que os viene en gana, incluso podéis crear una sinfonía de apestosos pedos, amantes de lo artístico. Maniacos viles y miserables que buscáis en la Dominación un modo de afirmación a vuestras inseguridades. Frustrados que entendéis un no como un sí y un sí como un también, que sois tan egocéntricos que ni siquiera advertís el profundo rechazo en los ojos de quien ni siquiera puede miraros a la cara, no por respeto, sino por asco. Difamadores que proferís insultos descontrolados por la ira y el cabreo por no reconoceros, por no sentiros, por decir no, o basta, por no haberme sabido ni instruir, ni domar, ni disciplinar, por no estar a la altura. Sedientos de tetas, de culos y coños maltratados y torturados para los que la esclava vale menos que un pimiento y la entrega es un término que ni siquiera os habéis molestado en mirar en un diccionario. Abofeteadores y sodomizadores que creéis en la entrega espontánea de una puta esclava porque es incuestionable que eso es lo que quiere la muy zorra. Hediondos pies que obligáis a lamer, cuando precisamente besarle los pies al Amo es el acto espontáneo y sublime que tanto anheláis. Mentirosos, impresentables desconsiderados con las ilusiones de una esclava, traidores emocionales, ladrones de fantasías y sueños, irrespetuosos con la naturaleza de una esclava porque la va la marcha. Narcisistas indolentes. Cochinos que introducís vergas malolientes y rezumantes en mi boca, buscadores de sexo fácil, que fácil es con una esclava porque no os sentís obligados a satisfacerla y así ocultáis vuestra incapacidad de hacerlo. Payasos arrogantes que pretendéis vencer a fuerza de palos, disfrutad del momento y de mi huida. Cerebros severamente dañados por la culpa, que sentís desprecio por una perra después de usarla. Falsos autosuficientes, falsos guerreros, falsos Amos, que no sois ni seréis quienes aparentáis ser. Dictadores, maltratadotes, tiranos, machistas hambrientos de burda humillación. Incultos, iletrados, analfabetos para quienes la exclava, la humilliacion o el anelo tienen el mismo significado que una kaka pinchada en un palo. Cobardes que os ocultáis en la sombra del irc alimentándoos de vuestras propias pajas, derramadores de lefa sobre el teclado del ordenador, irresponsables egoístas que jugáis a roles que ni siquiera sentís más que en la polla. Degenerados degradados por una vida que no habéis sabido administrar, involucionados, faltos de autoconciencia. Ausentes de disciplina, carentes de método, de forma, de modo, de ideas, de hábitos, de imaginación, de lujuria… a los unos y a los otros, a todos vosotros, permitidme tutearos.
A todos Ustedes que cada noche me han consolado, que cada tarde me han guiado sin sentirse obligados a hacerlo, que cada mañana me han recordado. A quienes han suplido mi ausencia de Amo, enseñándome todo lo que son, Amos que han compartido su alma conmigo, sus conocimientos, sus teorías, sus análisis, que me han ayudado altruistamente a despojarme de la vergüenza, a hacer incursiones en las perversiones más abyectas, a soportar la soledad, a crecer, a profundizar en mis deseos y anhelos. A quienes me han deseado, a quienes me han respetado en mi condición, a quienes siempre me han tratado simplemente como lo que soy, y me han enseñado a mostrarme digna. A quienes se han molestado en indagar en mi, han descubierto mis deseos íntimos y secretos, han reafirmado mi necesidad de rendición. A quienes han osado abrir la caja de los truenos. A quienes no me han juzgado, y me han reprendido cuando era necesario. A quienes me han escuchado desahogarme, a quienes firmemente han sujetado las riendas cuando me comporto como una yegua desbocada. A las palabras de ánimo y fortaleza, a quienes me han entretenido para paliar mi ansia enseñándome música y literatura, y cocina, y arte, y lugares exóticos, y me han hecho reir y soñar y fascinarme. A todos Ustedes en quienes se puede confiar, en quienes se puede depositar Todo, incluso la vida. A todos Ustedes que me han hecho sentir orgullosa de haberles conocido, a todos los que reconozco como Amos, porque lo son, lo saben y administran su poder, a todos los que alguna vez me han dejado sin habla, sin palabras, como volatilizada. A quienes he soñado con servir y he deseado subyugarme… a todos Ustedes, Señores, permitidme postrarme humildemente a sus pies.
________________________________________~ J ~
ander
PPP
"Libertad no es tener alas, Libertad es decidir que cadenas son las que atan"