SEXO ANAL: ¿ES SEGURO? ¿POR QUÉ GUSTA?
El sexo anal... la de
fantasías que provoca y el 'miedo' que da empezar a practicarlo ;). Bueno,
intentemos saber algo más de él y quizás descubráis que no es tan malo después
de todo...
En primer lugar, el sexo
anal (si se practica adecuadamente) es tan seguro como cualquier otra práctica
sexual. Y, evidentemente, si la gente lo practica es porque disfruta con él ;),
el ano puede ser una poderosa zona erógena. El ano posee más terminaciones
nerviosas que cualquier otra zona del cuerpo masculino y que cualquier otra del
femenino excepto el clítoris. No es sorprendente que el sexo anal forme parte
de las relaciones sexuales de tanta gente.
El sexo anal puede
oscilar entre una simple caricia en el ano con un dedo lubricado, hasta la
introducción de varios dedos, hasta una completa relación sexual (es decir: la
penetración). Todas estas cosas son muy placenteras y (si mantienes limpia esa
zona) no hay nada repulsivo en ello. El tabú contra el sexo anal es muy antiguo
pero en realidad no hay razones médicas en contra si sabes lo que estás
haciendo. ¿Te preocupa que, quizás, que esa zona no esté limpia? No te
preocupes: ve al baño antes de empezar a jugar y lávalo (por fuera y, si lo
deseas, por dentro con un enema). No es difícil mantenerte tan limpi@ como
quieras... (y es también muy importante aunque uses métodos de protección).
Los principios generales
para practicar el sexo anal son: Comunicación, Relajación y Lubricación. Tu ano
consiste en dos anillos de músculos (esfínter externo e interno). El esfínter
externo está bajo tu control, puedes relajarlo si así lo deseas. En cambio no
controlas el interno. Si estás tens@ , tu esfínter estará apretado e intentar
introducir algo te resultará doloroso con lo cual te pondrás aún más tens@. De
modo que la regla en el sexo anal es ir despacio, sin forzar nada.
Comunicación: habla sobre lo que vas a hacer
antes de hacerlo. No sorprendas a tu pareja, no estará relajad@ y no será
divertido. Asegúrate de que tanto tú como él/ella se sienten cómodos con la
idea de practicarlo. Relajación: escucha a tu cuerpo. Si tu culo quiere
que jueguen con él, lo sabrás; si no quiere, no te precipites. Lubricación:
tu ano no está lubricado por tanto necesitas usar un lubricante. Usa toda la
cantidad que quieras: es limpio. A más cantidad de lubricante, más comodidad. Y
para acabar, otra vez Comunicación: si nunca habías jugado con tu ano,
las sensaciones serán muy intensas y extrañas. Puedes sentir como si te
movieran las tripas cuando tu pareja introduzca sus dedos, lleva un poco de
tiempo darse cuenta de que esta sensación es engañosa y que no tendrás que
salir corriendo al baño ;)
No es bastante con que
mantengas limpio tu ano, además tu pareja debería usar algún método de barrera
(guantes de látex, condones...). Si esto es cierto en general, aún lo es más en
el caso del sexo anal. El sexo anal sin protección es la práctica sexual más
arriesgada. Usar protección ayuda a aumentar la sensación de seguridad y de
limpieza, lo cual ayuda a mucha gente a sentirse más relajad@s y a disfrutar
más de la experiencia (hay quien cree que el sexo anal no es tan arriesgado, el
hecho es que en muchos lugares los parásitos intestinales transmitidos
sexualmente son considerados como un serio problema de salud pública, con miles
de personas infectadas... Decide por ti mism@ cuánto riesgo quieres correr).
Cualquier cosa que entre en contacto con el ano deberá ser lavado
minuciosamente (o tirado, como en el caso de las barreras de látex) antes de
entrar en contacto con la boca o la vagina.
Ya he mencionado que no
es buena idea forzar nada. Permíteme que insista: si sientes dolor mientras
practicas sexo anal: párate. El sexo anal demasiado brusco puede
desgarrarlo lo que puede provocar serias infecciones. El sexo anal NO
debe ser forzado, y nunca debería ser usado como una forma de infligir dolor.
Si descubres que sangras, ve inmediatamente al médico. (Sin vergüenza...
seguro que ya lo han visto antes).
Una vez dicho esto deja
que aclare lo que he querido decir con parar si sientes dolor: deja de
moverte. El dolor puede deberse a que tu esfínter se resienta al dilatarlo un
poco más y al dejar de empujar se detendrá el dolor (y posiblemente se relaje
un poco). Si no deja de dolerte al pararte deberás interrumpir la penetración (lentamente).
Si te paras, esperas un poco, y empiezas de nuevo tu ano te hará saber si desea
que te detengas por completo, así que préstale atención. Por último recuerda: No
es buena idea beber a menos que quieras bloquear cualquier dolor que puedas
sentir. Es mejor que, en caso de que éste se produzca, lo sientas, de este modo
podrás evitar males mayores.